domingo, 18 de abril de 2010

[CAPITULO II] .::. Susurros azules .::.


Floreció la “Buganvilia” después de cinco penosos años, una mañana como cualquier otra donde el silencio reinaba a sus anchas, escapando de las garras del No pudo ser estrechándose en los brazos de La nada. Pero no fue del todo equivoca la aparición de la florecilla color rosa, ya que llevaba consigo un mensaje importante para el abatido Tomás, quien aún no despertaba del coma que lo mantuvo cohibido durante meses, el no menos ni más agradable aroma de la susodicha viajó a través de un canal existente solo en las fantasías de un noble soñador, llegando en un santiamén a la habitación del hasta entonces desahuciado Tomasito; quién por razones desconocidas cual milagro, abrió los ojos y empezó a toser; a la vista anonadada de las cotorras vestidas de blanco,las mismas que semanas antes conversaban sutilmente para alejar al aburrimiento; tosió durante algunos minutos hasta que finalmente pudo respirar por si solo, observó todo aquello que tenía a su alrededor con detenimiento intentando comprender donde estaba, sin percatarse de la presencia de las enfermeras, empezó a recordar algunos pasajes de lo ocurrido, empero para mala suerte sus pupilas no soportaron tantas emociones juntas, se desvaneció como un bebé quedándose profundamente dormido, esa noche no soñó … esa noche renació.

Sábado 13 de marzo (El día del incidente)


Tomás trabajaba en una respetada empresa de telecomunicaciones donde desempeñaba el cargo de Jefe del departamento de Marketing, tenía un buen sueldo el cual le permitía tener una estatus de vida confortable y carente de necesidades, llegó ahí recomendado por una llamativa carta de presentación dorada obtenida al egresar de la universidad como premio a sus brillantes calificaciones, era respetado por sus compañeros y admirado por muchas mujeres, las cuales eran consientes de su homosexualidad, así que a pesar de estar enamoradas como niñas bobas de su caballerosidad y hermosura, tenían que conformarse solo con las migajas de su amistad.

Era domingo, se encontraba en casa bañando a “Brush” (amaba profundamente a ese cuadrúpedo, de orejas gachas, y patas cortas, como alguna vez amó a Pipo en su niñez) si bien es cierto todos los días Tomás era como Brush y Brush era como Tomás, el domingo era especial porque el primero le dedicaba más tiempo al segundo, y era suyo hasta el amanecer del Lunes donde la rutina de la semana invadía la cama donde ambos dormían abrazados, risueños, frágiles y enternecedores.

De pronto el teléfono sonó, era Rodrigo un amigo suyo de la infancia que había regresado de Londres hace unas semanas, explicó que le pareció oportuno encontrarse con él al considerarlo el mejor de todos sus amigos (el halago estremeció el alma del receptor), para recordar tiempos lejanos donde ambos reencarnaban a famosos superhéroes de la época y corrían desesperados para atrapar al enemigo, eran felices muy felices. Quedaron en encontrarse a las 8 de la noche en un Café ubicado en el centro de la ciudad, al cual sus madres solían acudir de vez en cuando, dejándolos solos para que hicieran una revolución algunas veces en la casa de Rodrigo y otras en la de Tomás.

Tomás terminó de bañar al perro, para luego hacer lo mismo con su propio cuerpo, leyó las primeras páginas de una novela, que compró un día anterior, encendió la computadora para realizar algunos deberes del trabajo hasta que llegase la hora pactada y partiese en busca del amigo que regresaba de muy lejos (ignoraba que fuese tanto), quizás el último que le quedaba. Se entretuvo con algunos poemas que escribió hace algunos años, y sonrió con sarcasmo al recordar que a su padre le gustaba mucho como redactaba, la concisión y el estilo eran para don Joaquín motivos de orgullo; no pudo evitar que se le escaparan algunas lágrimas ... ahora todo era distinto, su padre lo despreciaba*.


Llegó unos minutos tarde, el tráfico a esas horas se tornaba insoportable, la congestión vehicular alcanzaba un auge impresionante. Rodrigo estaba ahí sentado, leyendo un periódico acompañado de un cigarro completamente transformado, irreconocible si no supiera con anticipación que aquel sujeto de Barba, con gafas, vestido pulcramente y a la vez tan insignificante, fue durante 10 años su mejor amigo. Se abrazaron, y compartieron experiencias no contadas durante los años que no se veían ambos tenían grandes secretos que rebelar, pero Tomás sabía que el suyo era el más sorprendente, para admiración suya y tal vez para la de muchos, Rodrigo no se inmutó ante la confesión de Tomás, si bien es cierto el primero no era homosexual y estaba bastante lejos de serlo por sus dotes de virilidad fáciles de ser percibidos no tenía nada en contra de los gays o lesbianas, ya que los consideró siempre como seres humanos como los demás e incluso sentía una gran admiración por ellos, por su peculiar forma de ver el mundo.

Salieron del café después de horas de un coloquio fluido y ameno, se dirigieron al departamento de Tomás; Ricardo deseaba conocer a “Brush" era de esperarse después de las infinidad de virtudes que su dueño alardeaba sobre él, por decisión mutua eligieron ir caminando para disfrutar más la complicidad de la noche.

De pronto se percataron que tres sujetos los seguían, pensaron que eran ladrones y apresuraron el paso, pero fue inútil los tipos se abalanzaron encima de ellos, en primera instancia empezaron a golpearlos sin piedad proliferando frases como:

- ¡Cabros de mierda!

- “Adefesios descarriados no deberían haber nacido”

- “Fallados haber si con esto se arreglan”

- “Deformes, fenómenos, lacras asquerosas”

- “Raros de porquería, me dan asco”

- “Si fuera como ustedes, vergüenza me daría de andar por la calle como si nada, Carajo”


Los golpes no cesaban, Tomás sentía que se le iba la vida y con ella todos sus sueños, apenas pudo girar la cabeza para ver a su amigo, el cual yacía inerte en el suelo empapado de sangre; fue lo último que vio, lo traicionaron las fuerzas y se desvaneció, sumerguiéndose en un ir y venir de alucinaciones que lo acompañaron durante meses.


Está de más decir que fue algo planificado, un grupo más de homofóbicos que merodean las ciudades de noche, buscando a algún incaut@ (si son mas, BENDITO SEA DIOS) para matarlo a golpes e insultos hasta que la última gota de sangre brote de su “Podrido ser”, presumiendo ante los demás por haberle hecho un bien a la sociedad, exigiendo un premio por su Valentía y coraje … pero que se hace, así es el juego quien mata más “maricas” … ¡GANA!

* Rodrigo no resistió a la masacre de aquel fatídico sábado, perdió demasiada sangre y eso convirtió en nulas las posibilidades de alguna recuperación; de Londres llegaron sus padres y su novia, quienes no lograban asimilar lo ocurrido, actuando solo por instinto ....


* Días después de aquel en el que despertó Tomás, le confesaron la verdad a tanta insistencia por saber el suceso de la paliza, al enterarse lloró amargamente culpándose una y otra vez por lo sucedido sintiendo odio por primera vez más que hacia los agresores ... odio hacía su sexualidad indefinida.



1 comentario:

  1. Esta me gustó más, el final llama a esperar el siguiende capítulo.
    Cuando mi amigo me dijo que era gay, me lo contó muy deprimido, porque su novio se había ido a estudiar a otro país.
    A espera del capítulo 3
    8 besos!

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