domingo, 30 de septiembre de 2012

Buscándote



Tus ojos, 
tus ojos brillosos, 
bonitos como el mar
transparentes sublimes,
ambos velando mi sueños, ambos calándose en mi piel.
Quiero volver a reflejarme dentro de ellos,
quiero volver a naufragar en tus cabellos,
castaños, dorados,
 hermosos, huraños
del color del sol.


Tu ternura,
tu infinita sensibilidad,
sentir que me desahogas y cubres,
a tientas, dibujando sobre las nubes.


Tu voz,
me derrito por volver a escuchar tu voz,
que me cantes al oído, que me calmes o irrites,
me mates o marchites,
necesito volver a sonar con tus chillidos.


Tu cariño,
tu manía de regalar tanto amor,
el coraje divino de perder el pudor.
(¿recuerdas que yo no podía?)
no nunca, nunca podía,
gritar que adoraba a diestra y siniestra,
maldita sea no podía.


Tus abrazos,

poder atarlos cuanto antes a mi corazón,
para que no vuelvas a escapar,
para que no me dejes atrás
y me obligues a perder el compás.


Tu sabiduría,

siempre guiándome por buen camino,
apegadita a mi cintura,
volando conmigo,
 eternamente tejiendo ataduras.


Tu risa,

extraño tanto oírte escandalosa mientras reías,
yo apenas movía los labios,
apenas abría la boca,
y tú reías de oreja a oreja,
radiante, perfecta y cautivadora.


Tu imaginación,

esa facilidad para contar historias o describirlas,
durante días y semanas,
me atabas,
me sujetabas,
te apoderabas por completo de mi atención,
lo recuerdo tan pero tan bien.


Estoy buscándote hoy,
te buscaré con más intensidad mañana, 
te buscaré hasta que pueda saltar y desvanecerme en tus dedos.

Y cuando haya logrado tocar tu alma,
voy a quedarme a vivir contigo,
te regalaré todo lo que antes no pude darte,
voy a quedarte a oscuras a acompañarte.


No vas a volver a dejarme,
no dejaré que escapes otra vez,
no permitiré que otra década te arranque de mi lado,
vamos a hilvanar historias multicolores,
vamos a retratarlas una a una, hermosas, bellas y sin temblores.


Porque habías si  TÚ,
lo que mi  canción estaba esperando,
porque siempre quise que seas TÚ,
quien le vuelva a dar color a mi  mundo azul.


Y cuando te vuelva a tener,
cuando respiremos el mismo aire
compartamos el mismo espacio,
lloraré,
lloraré hasta que me sangren las ideas,
lloraré,
hasta morir dulcemente en tus labios.


Buscándote,
ideando un plan de vida en caricatura,
arrastrándome,
hasta tocar la esencia de tus moléculas,
arrancándole
para tus niñas, la luz a cada una de las luciérnagas.


viernes, 14 de septiembre de 2012

Tormento de amor



El hombre más amado de la tierra, 
al que espero desde el siglo anterior. 
Tiene los ojitos color miel y una fragancia tibia, 
muy tibia en su piel. 

Si alguien sabe de él, que me lo diga, 
estoy atormentada por su amor 
tiene en la mirada tanta calidez 
que jamás lo pude olvidar, 
no puedo olvidar. 

Tormento de amor, pasión de mujer, 
el cielo es testigo de mi padecer 
tormento de amor quisiera vivir envuelta 
en sus brazos y hacerlo feliz. 

Se me hace insoportable lo extraño tanto, 
suspiro el desencanto si no está 
él es mi otra mitad, no puedo olvidarlo, 
no voy a olvidar. 

Desde que te vi supe comprender 
que uno es para otro 
y tú eres para mí, déjate ver, no seas cruel.



Una noche del año en el que nos conocimos, en una de nuestras acostumbradas discusiones, me acorralaste de pronto:

- Estoy harto, 

¿Qué esperas de mi?
 ¿En qué quieres que me convierta? 
¿Qué quieres que sea?

No supe que responder entonces, dije tantas cosas para no quedar mal parada pero ninguna fue real, mentí para no sentirme tan vacía, por primera vez supe que no todo lo que decía o hacía estaba correcto y así íbamos por el rumbo adecuado, había querido moldearte, quería que seas como no querías o quizás no podías ser, te había pedido transformarte en un hombre perfecto y tu estabas a leguas de serlo.


Entonces no sabía el porqué de tus torpezas, entonces creía que eres injusto, cruel y egoísta, que no merecías que yo derramase alguna lágrima por ti; quería fabricarte a mi manera y eso nos estaba alejando sin ni siquiera haber estado juntos anteriormente, lo nuestro que había surgido de la nada a partir de un juego virtual y queríamos que los demás creyesen que en verdad era real, había logrado colarse primero en nuestras mentes para luego balancearse en nuestros corazones, estaba destinado al fracaso por como había iniciado y para sorpresa de ambos, de cientos después, se había vuelto sólido y precisamente cuando nos disponíamos a enamorarnos, te arrojé a la nada, te arrebaté de mis brazos, quise que sintieras mi desamor, quise que aprendieses a valorarme, y perdí, perdí de la manera más tonta e inmadura, si inmadura, inmadura hasta la coronilla, que estúpido, yo que tan duramente te había juzgado por la  inmadurez adoptada por ti en nuestra relación, acababa de mandar todo a los mil demonios por algo tan vano, ahora lo entiendo, tan pero tan vano.


Ahora que he revuelto todos mis sentimientos; me atrapó el coraje puro de no haber valorado todas tus virtudes, estaba cegada por tus imperfecciones, por lo que no podías cambiar dentro de ti, por todo lo bonito que sabía que podías dar pero te resistías (creía que te resistías) pero en verdad no podías, te costaba, posiblemente lo habías intentado y no habías podido lograrlo, pero ahí estaba yo para atormentarte, para corregirte a diario, para azotar tus errores y embarrarlos en el rostro.


SOLÍAMOS


Solías encandilarme a diario, con una canción o una palabra tuya, con tu perfecta ortografía y hermosa manera de expresar lo que sentías a través de palabras, me gusta así y lo sabías, me gusta porque perdura, se hace casi eterno.

Solía sentirme orgullosa, mientras íbamos juntos caminando de la mano, orgullosa de lo bello que era que sean míos tus cabellos, tus ojos, tus manos calientes y tus uñas largas, tu perfume delicioso, tu aroma a niño y a hombre a la vez, tu hermoso cabello acariciando mis mejillas, tu olor a pureza desbordante y a limpieza abismal, tu rostro suave y bonito, suave y bonito de más.


Solías esconderte cuando peleábamos, o huir, no por escapar sino por protegerme, eras explosivo (recién lo entiendo hoy) y no querías destruirme, como habías hecho antes con otras personas, y preferías respirar para luego hablar, yo en cambio me había convertido en los vasos preferidos de las gotas rabiosas, estaba al ras del colapso casi siempre, y tu tenías el don maravilloso de hacerme enloquecer, de humedecerme en la locura infinita y entonces mi indiferencia era un guante de box, decías que era jodidamente horrendo que no te hablase por horas, días o semanas.

Solía morir en tus brazos, sentir tu corazón latiendo a mil por hora, eras el sostén que entonces me ayudó a salir del agujero, pero te empezabas a convertir en otro, pero uno deliciosa, agradable y lo suficientemente confortable como para sufrir sonriendo, y llorar en medio del júbilo.

CONFIESO 


Esas tardes y noches, cuando estábamos distantes, moría por verte parado frente a la ventana de mi habitación, sentado en las rieles del ferrocarril donde muchas veces congelamos la melancolía, y esperábamos entonces a que nos visitase la luna, a contemplarnos tan felices; no esperaba que dijeras algo, tan sólo te hubieses atrevido a aparecerte frente a mi, y yo iba  a correr a saltar a tus brazos, iba a llenarte de besos, iba a llenar tus vacíos.

Miles han sido las veces que imaginé ese cuadro, miles las veces que antes de entrar a casa volteé y te busqué con la mirada, miles los minutos que desperdicié caminando lento esperando que corrieras tras de mi (otra vez, otra vez), miles de ilusiones que se evaporaron pero no por completo, aún queda algo de imaginación en mi, cuando una tarde fría y llena de tristeza, aún giro la cabeza y volteó con la esperanza más sublime de verte contemplándome desde algún punto, desde algún orificio o desde algún rinconcito del olvido.

 "Contigo despertar, sobrevivir un día más,
pudiendo despegarnos de infortunios,
sentados sin hablar hoy mis secretos voy a dar
para entregártelos porque sí" 


Sé que debí haber escrito esto antes, mucho antes, mucho antes del antes, pero estaba demasiado atrapada en mi herida de mujer, envuelta completa, sé que ya no tiene sentido escribirlo porque no lo vas a leer, y si me lees ¿Y si lo haces?, no, no, no lo vas a hacer, y en todo caso si lo lees no vas a pasar un párrafo y vas a dejarme bailando sola.



INSISTO

Yo no me arrepiento de haberte querido como te quise, mi tormento no radica en intentar suprimir lo que existió, no quiero hacerlo, porque no lo mereces, fuiste demasiado especial y demasiado hermoso, tú no eres de los que una olvida fácilmente, posiblemente yo si lo haya sido, pero tu no, tu nunca . . . NUNCA.


Estaré esperando por ti, siempre habrá un poquito de mi para ti, así ya no esté tan sola más adelante o haya decidido darle cabida a un nuevo sentimiento, siempre existirá un poco de mi para mi.


"Mis días sin ti son tan oscuros,
tan largos tan grises mis días sin ti,
mis días sin ti son tan absurdos
tan agrios tan duros mis día sin ti,
mis días sin ti no tienen noches,
si alguna aparece es inútil dormir,
mis días sin ti son un derroche,
las horas no tienen principio ni fin".


Algo más . . .

Te extraño a rabiar,
siento la necesidad más repudiable de que las yemas de tus dedos vuelvan a deslizarse por mi espalda mientras me vas besando con ternura.

Te extraño más que todos los días que se diluyeron en tu ausencia, 
siento la cobardía inexplicable del que si no regresas voy  a correr a buscarte.
Te extraño inmensamente,
y he olvidado todo, todo lo que no sea agradable, todo lo que ATORMENTE DE AMOR.

Pero sé que nunca lo sabrás
 porque sé que no vas a leer esto . . .
¡Oh Dios mío! no no no NO lo vas a leer.


lunes, 3 de septiembre de 2012

EN ESPERA




En el rincón de mi sentir más puro, estoy velando una canción para ti, y no es cualquier canción cariño, es una de las que desbaratan y hacen que uno palpite con las emociones a flote, esta noche la mantengo muy enterrada en el alma, la escogí para regalártela y aunque muera por volar hasta tus labios, aún se conserva mía y pronto, en cuanto se diluyan los días de melodramática espera, será tuya completa, será tuya exquisita, será tuya toda, toda , toda. Así como serán tuyos mis ojos entristecidos, mis cabellos marchitados, mi caminar confuso, mi descifrar sanguinario y mis infinitas ganar de sumergirte en labios, acurrucarte en latidos, endulzarte en memorias.


Treparé hasta lo más alto entonces, treparé tan alto que podrás verme inmensa, y mientras camine en dirección al cielo, voltearé sin que puedas darte cuenta para contemplar tu rostro e iluminarme con tu sonrisa, me llenaré de dicha y seguiré escalando, tararearé la canción  que hoy descansa al lado mío y le da vida a mis oídos, no llevaré nada más, será mi alimento diario, único y necesario, la canción y yo, emprenderemos una travesía, nos tendremos solamente el uno al otro para hacernos compañía, seremos tan tuyos, y seremos tan nosotros.



Ya arriba, cuando agotados estemos y queramos dormir para recuperar suspiros, en medio de la turbulencia la beberé rápidamente hasta que ingrese hasta el fondo de mi corazón, sé que me agrietará el hecho de seguir desperdiciando más tiempo, entonces luego cuando esté danzando con las células de mi cuerpo, gritaré de forma violenta, con tanta pero tanta fuerza que destruiré el mundo entero, destrozaré los tímpanos de la humanidad; vocearé a los Dioses lo mucho, lo sublime, lo bonito que tu me haces sentir.




Y ya después, cuando haya logrado desprenderme, cuando haya parido todo el amor contenido, estaré preparada para regresar, correré en tu búsqueda, tropezaré cientos de veces pero seguiré corriendo para estrujarte en las entrañas, para sentirte más mío que siempre.



Cuando al fin haya logrado situarme en el mismo espacio sideral, me abalanzaré sin más ni más, y sellaré tu boca para que tus besos no se atrevan a escapar, no volveré a marcharme, no volveré a dejarte sólo una vez más, no volveré a trepar porque habré aprendido al fin el significado del verdadero amor, ese que no se acobarda y va venciendo el orgullo, ese que se demuestra, se dice, y sólo así se da, ese que una vez se meció entre mis trece lunas y no pude retener, ese que se agiganta con el pasar del tiempo y gracias al cual las palabras se vuelven torpes e insignificantes para expresar tanta gloria terrenal.


Cuando te tenga amarrado a mi cintura disfrutando el mismo aire, entonces sabré que es el momento indicado para revelarte la canción que al inicio de estos párrafos dije que estaba guardando para entregártela después, no creo que exista otra más hermosa, y si la hay pues haré de esta la más bella en nuestra historia, la adornaré con carmín y sombras de colores, la vestiré de luz y estamparé tu nombre con letras mayúsculas. 


Te la cantaré dulcemente en el oído, mientras me pierda acariciando tus cabellos y dibujaré las letras en cada uno de ellos, para que no se te olvide el significado y no se pierda en la nada, más aún si no continuamos después juntos enlazados, para que no se minimice y luego evapore en el tiempo, será siempre tuya, como lo seré yo hasta el final de mi existencia.




Mientras tanto,
mientras tu no estés
la escucharé suavemente (a solas)
la disfrutaré diariamente,
(en medio de 
esta soledad que ATA y DESBARATA.)