lunes, 30 de diciembre de 2013

Espiral - Parte 5 (Final)



Teníamos dos amigos maravillosos, ocho patas - dos corazones, lo éramos todo y terminamos siendo nada, cuando los perdimos entendimos que la vida era dura, que los seres que uno amaba terminaban viéndose obligados a tomar rumbos distintos, el mundo redondo y desconocido tenía que seguir girando a pesar de la destrucción interna.

Teníamos dos ángeles que nos llevaban de un lado a otro sobre el lomo, tan bellos y tan cálidos; juntos pasamos frío, calor, viajamos bajo lluvias intensas, tormentas de rayos y truenos, campos inundados con espíritus, oscuridad y silencio, cansancio y fastidio; juntos tocamos el cielo, caminamos sobre las nubes, disfrutamos de la magia de caminar sin tocar el suelo, de volar sin tener alas, de atravesar el tiempo sentados sobre las monturas heredadas por el abuelo.

Teníamos la felicidad rozando nuestros dedos, la alegría en cada paso, la sonrisa en cada latido, la ilusión en cada travesía.

Teníamos una familia de siete, y éramos siete en todo momento.

Teníamos todo lo necesario para fabricar una colección de tiempos memorables.

Teníamos dos seres muy amados que nos enseñaron a sentir, a vibrar, y también a descubrir el desgarro profundo del desprendimiento, de la despedida que se hace eterna, del adiós que da su manifiesto y va destruyendo todo lo que encuentre a su paso, del hasta nunca que va latiendo en cada lágrima que va escapando, del ya no son nuestros, del quizás nunca lo fueron y sólo formaban parte de un préstamo de felicidad, un retacito de gloria.



Espiral porque nos encontrábamos girando alrededor de un punto de vida, negando el distanciamiento de un tiempo pasado que tantas alegrías nos ofreció y sin lugar a dudas fue mejor, pero ahora con el transcurso de los días, se van cerrando más puertas y se van abriendo otras tantas, es inevitable adoptar nuevas millas, nos alejamos cada vez más, cada vez más y más, empezamos a desaparecer lentamente hasta que en algún momento de nuestras vidas nos extinguimos por completo.






viernes, 27 de diciembre de 2013

Espiral - Parte 4




El más grande era diferente, dulzura pura, fragilidad tatuada en la mirada.

Yo solía pasar mucho más tiempo con él, nos entendíamos a la perfección, ahora que el tiempo ha pasado podría afirmar que latíamos con la misma intensidad, pausados y tranquilos, suaves y asilenciados, entonces podrían habernos golpeado y no reaccionábamos, podrían habernos herido y sólo sangrábamos a escondidas, podrían habernos gritado y sólo temblábamos asustados, podrían habernos destruido y sólo nos quedaba compartir penas, llorar a dúo, abrazarnos para recalentar el sentimiento que se nos empeza a ir de puntillas, que se nos escapaba por el agujerito de la puerta trasera.

Yo aprendí a vivir cuando un día de nubes grises y pronóstico lluvioso me cargó en la espalda por vez primera, acaricié su pelo y sentí su corazón latiendo, su cuerpo caliente se fusionó con el mío para transmitirme energía nueva, distinta, profunda. 

Empezó a caminar a pasos lentos para darme alas, empezó a moverse despacio, despacito para no ahuyentar al coraje y mantener la templeza, despacito para que no se aproxime el miedo y de un grito salte huyendo despavorida, despacito para enseñarme a andar por los cielos y a disfrutar de la magia de estar vivos.



Despacito se movía (recuerdo) 
y despacito fui amándolo con todas las fuerzas del universo.







domingo, 22 de diciembre de 2013

Espiral - Parte 3


El más pequeño tenía los ojitos cálidos, pícaros y traviesos, podía quedarme observándolo pero siempre a una distancia moderada, era impredecible y reaccionaba ante cualquier ruido, se exaltaba y quería salir huyendo de donde estaba, reaccionaba violentamente, el ruido podía hacer que enloqueciera y no lo supimos hasta la mañana del sábado en el que el sonido estruendoso de las botellas al impactarse entre sí le alborotaron cada célula del cuerpo, golpeó a mi hermano mayor y escapó corriendo, no lo volvimos a ver hasta el anochecer, lo encontramos abandonado en un lugar distante, yacía en la oscuridad bajo la sombra de un poste de alumbrado público, enormemente asustado, sentí su cuerpo temblar cuando lo toque suavemente con las yemas de los dedos, esquivó la mirada una y otra vez, rechazaba cualquier manifestación de cariño, entonces lo abracé fuertemente y papá nos ayudó a tranquilizarlo, lo llevamos a casa y lo alimentamos, antes de irnos para dejarlo descansar lo acaricié una vez más, entonces sentí su corazón latiendo rápidamente, aún ardía el pánico en su interior, pero nosotros sólo lo lastimábamos más estando ahí junto a él, necesitaba curarse, asimilar lo acontecido y volver a respirar con tranquilidad.


Fue uno de esos momentos que se quedan grabados en el corazón, estaba llorando por dentro y pude sentirlo, lloraba de miedo y de culpa, lloraba como un bebé desprotegido, lloraba como solamente pueden llorar algunos seres bendecidos por Dios.



viernes, 20 de diciembre de 2013

Espiral - Parte 2


— ¿Qué es eso que está en el cielo? 
— ¿Ah?
— Te digo que, ¿Qué es eso de color blanco que está en el cielo?
— Ah eso, se le llama POLVO CÓSMICO.
— ¿Y eso qué es?
— Son muchas partecitas pequeñas que están en el espacio junto a las estrellas, planetas y galaxias.
— ¿Pero no salen siempre no?
— No, sólo cuando es una noche llena de estrellas como la de ahora.
— Polvo ¿qué?
— POLVO CÓSMICO, cós-mi-co.
— ¿Y tú cómo sabes?
— Me enseñaron en el colegio.
— Ah bueno ...
¿Por qué cuando apunto al cielo con la linterna no veo a donde va a parar la luz?

— Porque el cielo es muy inmenso e infinito, está muy pero muy lejos.
— ¿Pero la luz llega?
— Sí, claro, pero no la puedes ver porque desaparece, ninguna persona la puede ver y ya deja de jugar con la linterna que nos quedaremos sin pilas.
— Oye ...
— Dime.
— Tengo miedo de pasar por el cementerio de noche.
— No pasa nada, además yo te cuido.
— Sí lo sé, pero igual me da miedo ¿Y si pasamos corriendo?
— Ya está bien, pasaremos corriendo.



Unas de las conversaciones que teníamos mientras volábamos, bajo la luz infinita de las estrellas y la luna llena, llenita toda, con chirridos y cientos de sonidos extraños adornando recorridos, con linternas, caramelos y chocolates. 



martes, 3 de diciembre de 2013

Espiral - Parte 1


Cierta vez, en alguna etapa de mi vida, que se me fue y se fue, recuerdo que yo volaba sin tener alas ni capas, corría sin tener que emplear los pies, latía con corazón ajeno, respiraba naturaleza pura y desprendía mi cuerpo el calor más reconfortante, me quedaba plácidamente dormida y mi cuerpo seguía meciéndose, se movía de un lado a otro con total suavidad, adornaban mis sueños las nubes y las variaciones de celeste cielo esplenderoso, el sol entonces acariciaba a la piel sin causarle daño, y el cabello se pintaba de color castaño.


Continuará . . .




sábado, 16 de noviembre de 2013

- Miradas -





Existen miradas que ya no están más
miradas ausentes
que muestran el espacio vacío, 
el principio hacia el final.


Existen miradas que suplican un adiós
miradas que necesitan cerrar historias
que muestran el rechazo a volver a intentar.

Existen miradas que se van repitiendo en la memoria,
miradas que trastornan mentes
que bailan sin cesar, que vienen y van.

Existen miradas que curan heridas
miradas que van sumando gotitas de esperanza 
que van amortiguando a los corazones suicidas.

Existen miradas que brillan y brillan
miradas que van irradiando vidas
que se abren y llenan, se apagan y quiebran.

Existen miradas que despedazan
miradas que te van arrancando el alma
que se clavan hasta el fondo como espadas de agonía.

Existen miradas que enjaulan dolor
miradas que contienen demonios disfrazados de ángeles
que se flagelan en el interior.

Existen miradas que se pintan rojas de ira
miradas que lapidan
que observan de reojo enfurecidas.

Existen miradas diferentes a las demás
miradas especiales, casi mágicas, fuera de lo normal
que van desfilando torpes, turbias, y confusas.

Existen miradas que enamoran de principio a fin,
miradas que alborotan mariposas
que siembran sonrisas, cosechan sueños y cultivan alegrías.

Existen miradas que atraen,
miradas que sirven de musas
que motivan a alcanzar las estrellas y columpiarse sobre ellas.

Existen miradas que peregrinan,
miradas que no se se están quietas
que desperdician vidas en búsquedas infructuosas.

Existen miradas que persiguen
miradas que te envuelven en laberintos
que no te dejan escapar.

Existen miradas que mienten
miradas que traicionan al voltear la esquina
que crean maldiciones y celebran fracasos ajenos.

Existen miradas que están congeladas
miradas que ya no ven más
que de tanto llorar se han quedado paralizadas.

Existen miradas que se vuelven cómplices
miradas que guardan secretos
que se tragan tormentos y observan en silencio.

Existen miradas que se apagan
miradas que cumplieron con un ciclo vital
que se van haciendo diminutas para despertar a la eternidad.



Pero también existen miradas como las mías
indescifrables
anónimas
mal paridas.


jueves, 31 de octubre de 2013

Tu recuerdo


Pensaba en escribir sobre algo sobre alguien, despedir octubre con broche, no dorado ni plateado, con broche nada más, pensaba y no encontraba nada en especial, entonces te me cruzaste como cuchillazo en la memoria, tu recuerdo duele tanto como dolió tu partida y escogí un retazo entre tantos otros ... ahí va mi tiempo contigo y con tu locura, tu locura exasperante.

Era una tarde como cualquier otra, brillante y llena de luz, era domingo y acompañé a papá al campo, normalmente no lo hacía pero ese día decidí salir a esparcir mente e ideas, me llevó consigo al puquial del terreno de abajo dónde habían muchos árboles y mucha vida, lo ayudaba y conversábamos hasta que lentamente me fui alejando en mi afán de buscar piedras raras y bonitas.

Entonces, ya alejada, me topé con un cuadro bastante lindo. Varios niños se encontraban deslizándose en el gras desde un lugar bastante empinado, sobre plantas muy parecidas a las "alas", plantas pertenecientes a la especie aloe, muy similares a la sábila pero en una versión más grande y sin tantas espinas. Sonreían y hacían un ambiente cálido, cargado de felicidad. Estabas tú dentro de ellos, me pediste que me aproximara y me acerqué tímidamente, vi que tenías la parte trasera del pantalón manchada de color verde y me reí, miré a mi alrededor y todos los que formaban parte del juego tenían los pantalones y buzos manchados de color verde naturaleza en la parte trasera, reí mucho más. Entonces te vi desaparecer, el campo simulaba un tobogán y tu cuerpo apareció nuevamente pero bastante alejado, me regalaste una sonrisa espléndida y me pasaste la voz con las manos, corriste con la "ala" bajo el brazo en dirección mía y me la cediste, te dije que no con la cabeza pero me la ofreciste una vez más, te expliqué que no sabía cómo hacerlo y que sentía miedo que podía caerme, subiste sobre el móvil verde y me invitaste a deslizarme contigo, me abracé a tu espalda y nos fuimos hacia abajo, fue una de las experiencias más alucinantes que haya vivido. Me cedieron otra "ala" y me fui hacia abajo una, otra y otra vez más ... volando, viviendo, sintiendo adrenalina pura durante horas.

El campo empinado se fue quedando vacío, los demás niños terminaron yéndose de a pocos, nos quedamos tú, otro niño más y yo, entonces, cuando ya teníamos la parte trasera bastante verde y maltratada por los resbalones consecutivos, nos comentaste que conocías un lugar bonito en la parte de abajo y querías que te acompañáramos, lo pensé mucho y al final decidí ir contigo, él otro niño se animó de inmediato, y nos fuimos los tres a cazar una nueva aventura.

El lugar al que te referías, era como una cueva, un refugio construido a base de barro y de piedra, tenía al lado un árbol y mucha área verde, era un lugar bastante tranquilo e irradiaba un aura que atraía con gran fuerza; me hubiese encantado tener una cámara y poder capturar nuestras expresiones, y capturar también la belleza del lugar en el que nos encontrábamos entonces. Saltábamos y corríamos por los alrededores, durante un buen rato mientras reconocíamos el espacio nuevo, cansados y ya hambrientos nos sentamos a compartir lo poco que llevábamos con nosotros. Tú tenías una bolsa con kekes, pastelillos y bizcochuelos que sacaste a escondidas de la bodega de tu madre, y otra bolsita adicional con la merienda del día, cancha de maíz con un poco de queso, el otro miembro del grupo traía consigo mandarinas y plátanos, yo solamente una galleta y algunos dulces, así que juntamos todo lo que teníamos para comerlo en partes equitativas, nunca antes ni después disfruté tanto un compartir, escaso pero delicioso y sobre todo amabilidad a nuestra corta edad. 


Mientras comíamos nos contaste que días atrás rondabas por el mismo lugar y habías sido partícipe de un alumbramiento, era una yegua que traía a la vida a un hermoso potrillo, cuando entré a la cueva para ver si habían quedado rastros, vi sangre y mucho pelo regado en el suelo, me asusté y salí corriendo, ambos se rieron. En realidad siempre fui muy temerosa y a ti te causaba gracia. Jugamos durante unas horas más y luego recordé que debía volver a casa y que no me salvaría de una buena sacudida, te pedí que volviéramos y accediste, caminamos cansados y todavía con hambre, caminamos y no recuerdo que hablábamos durante el retorno, sólo que cuando ya nos acercábamos vi a tu mamá, la saludé y me fui a casa.

Esa tarde disfruté de tu compañía, de tu alegría y desenfreno, de toda la aglomeración de energía  a punto de estallar, de tu hiperactividad y demencia.



Teníamos casi la misma edad, entonces dejabas salir conmigo todo lo que ardía dentro de ti, eras violento y áspero con los demás pero conmigo eras diferente, compartimos experiencias entre buenas y malas, reímos pero también lloramos, en fin te conocía lo suficiente para saber quién eras y qué herida tuya ardía con mayor intensidad, que era lo que en verdad necesitabas y por qué actuabas así, entendí con el transcurso del tiempo por qué cojeabas de ese pie y no del otro, por qué desafiabas al mundo y vestías de rebeldía al salir el sol y hasta ocultarse la luna. Te conocía tanto y tanto que siempre supe cuáles eran los remedios más certeros para tus males, nadie más lo supo, compartíamos algunas penas y otros tantos dolores.

Por eso, la noche gris en la que volví a casa y me contaron lo que supuestamente había acontecido, se me me nubló la mente y me atrapó una conmoción sin igual, estaba ahí parada ... helada, ida, desaparecida. 

No lo demostré en su momento, me guardé el dolor, me lo fui tragando y cuando estaba a punto de brotar apretaba los puños para demostrar fortaleza, no fui a velar tus recuerdos no porque no quisiera, sólo Dios sabe cuanto me mata contemplar esos momentos negros ESOS DESPRENDIMIENTOS, ese día te regalé cinco goles y siento que no pude haber hecho más, te vi correr tras del balón junto a mi y te sentí en cada paso en cada latido, corrí tanto que sentía que el corazón se me partía en mil pedazos y no importó, tu imagen impresa en mi cabeza no me dejaba respirar en paz necesitaba aproximarme a ti y pedirte explicaciones, suplicarte realidades, encadenarme a tu recuerdo, perpetuar tu voz en mi silencio y gritarte que NUNCA DE LOS NUNCAS iba a arrancarte de mi, nunca de los nuncas iba a olvidar tu sonrisa, nunca de los nuncas iba a dejar de abrazar tus memorias y todo lo que dejaste regado aquí.

Tengo una canción que hiciste tuya reproduciéndose en mi cabeza cada vez que me acuerdo de ti.
Una marinera de antología, con un zapateo bien ejecutado-
Un gol de tiro libre, fantástico.
Una poesía recitada con tus manos.
Una sonrisa, una mirada, un remolino de emociones y un corazón latiendo a gran intensidad.

Tengo tu recuerdo aquí, 
muy dentro 
muy latente
muy punzante.

Tengo tu recuerdo en mi.

domingo, 27 de octubre de 2013

Missing





Please, please, forgive me
But I won't be home again
Maybe someday you'll look up
And barely conscious, you'll say to no one
"Isn't something missing?

No me encontrarás mañana
cuando regreses y enciendas la luz
no estará más mi dolor 
en la repisa de tu habitación
ni mi aliento, ni mi voz, ni el sonido de mi corazón.





You won't cry for my absence, I know
You forgot me long ago
Am I that unimportant?
Am I so insignificant?
Isn't something missing?
Isn't someone missing me?


¿No te has dado cuenta que he tirado la toalla?
ya no pude más
ya no aguanté más
tus lágrimas no me detuvieron
 en realidad nunca existieron.

De verdad, 
¿No sientes que hace falta algo?



Even though I'm the sacrifice
You won't try for me, not now
Though I'd die to know you love me
I'm all alone
Isn't someone missing me?

Y aún cuando esté cayendo ...
no correrías a atraparme.

Me has dejado caer cientos de veces,
cientos de veces me has dejado caer.

Aún cuando ya no quede nada de mi
nada por devorar
nada por destruir.

No correrías a salvarme.



Please, please, forgive me
But I won't be home again
I know what you do to yourself
I breathe deep and cry out
"Isn't something missing?
Isn't someone missing me?"

No volveré a recostar mi cuerpo en brazos fríos
ya nada me espera ahí
ya no hay más espacio entre tus frazadas
ya las sonrisas se han ido muriendo congeladas.

Pero, ¿Acaso no te das cuenta 
que ya no estoy más?




Even though I'm the sacrifice
You won't try for me, not now
Though I'd die to know you love me
I'm all alone
Isn't someone missing me?

Y aún cuando esté desapareciendo ...
no me rosarías para poder sentirme 
ni por última vez.

Lo olvidaba,
no sientes
no vives
no habitas eternamente.

Así que jamás me alcanzarías, definitivamente.




And if I bleed, I'll bleed
Knowing you don't care
And if I sleep just to dream of you
I'll wake without you there
Isn't something missing?
Isn't something


  Ya no recuerdo 
de qué estaba hecha 
antes, mucho antes de envolverme en manías ajenas.

¿Alguien lo sabe?

Ya no recuerdo
de qué color estaba pintada mi sangre
si era roja, azul, verde o gris.

Ya no recuerdo
en que momento se me fue chorreando la mirada
oscureciendo el pulmón
sofocando la adicción.





Even though I'm the sacrifice
You won't try for me, not now
Though I'd die to know you love me
I'm all alone
Isn't something missing?
Isn't someone missing me?



Pasos agotados
aturdidos
confusos
el desvío próximo del camino 
me aleja mucho más de viejos espacios vacíos.



¿De 

verdad
 no 
sientes
 que 
hace
 falta 
ALGO?



sábado, 12 de octubre de 2013

La mismísima


La misma mierda de siempre,
en diferentes idiomas y en el mismo lenguaje
La misma mierda de toda la vida,
con las mismas expresiones y en diferentes continentes.

La mierda que viene
la mierda que se va
la mierda en la que te convertiste
la mierda de la que escapabas y ahora te envolvió.

La mierda de la que dijiste jamás ibas a ingerir
mientras tus manos iban jurando no soltarse jamás
la mierda que va pintando tu mundo de azul/rojo - bicolor
mientras se te va oscureciendo la vida, o lo poco que te queda por vivir.


La mierda que se acuesta contigo después de cerrar el telón y despierta lejos de ti cuando salen los primeros rayos del sol, la misma que va latiendo en tus oídos y te invita a olvidarte de la humanidad.

La mierda que divide
la mierda que multiplica
la mierda que suma y suma hasta que habita por completo
la mierda que va restando sueños, ilusiones, cánticos, y letras.



La mismísima mierda que te hace fuerte y de acero.
La mierda mismísima que recargas cada enero.




La

M
I
E
R
D
A
que te va resumiendo.

La

M
I
E
R
D
A
con la que aprendiste a convivir.

La

M
I
E
R
D
A
de la que te alimentas.

La MIERDA en la que naufragaste y yo me negué a observar.
La MIERDA que vas soltando, cuando dices y dices que "todo volverá a ser igual" .
La MIERDA que te alejó y jamás te hará regresar.




La mierda que maneja tu vida
la mierda en la que te transformaste
la mierda que ya no quiero ver más.


martes, 1 de octubre de 2013

El último adiós



La noche lluviosa de hace mucho y mucho, él se presentó frente a ella como poesía difusa, con los ojos entristecidos y la barba crecida, el aspecto ruidoso, las zapatillas sucias, el pantalón desgastado; la saludó sin rozar su mejilla con un beso fugaz e inconsciente, la atrapó para si mismo en una respiración eterna, la hizo cómplice de su amor indescriptible y sin que ella lo supiera, ató su corazón junto al suyo para no soltarla jamás.

Una lágrima aperturó su dolor, deslizó sin piedad su aflicción por ambas mejillas, atropelló su garganta y fue rasgándole la piel mientras le atravesaba el corazón, aterrizó en su ombligo con desconsuelo prolongado y penuria existencial, se detuvo cerca al vientre y lo observó, contempló su expresión marchitada, estaba acabado y la lágrima reflejaba su calvario.

Se despidió de ella esa noche, el café bar reventaba con ruidos y personas conversando en su interior, pero cuando las palabras de despedida fueron saliendo de su boca, invadió el silencio y el ambiente se prestó para decir adiós, cogió sus manos con fuerza mientras le temblaba hasta el alma, dijo lo que ella sabía que iba a decir, dijo que ya no podía contener tanto amor, dijo que su presencia despedazaba y ya no seguir luchando, dijo que había intentado no sentir más no vivir más no pensar más, dijo que se sentía el ser más miserable de su existencia por dejarla tan sola en estos tiempos de maldad terrenal, dijo que la amaba con todas las fuerzas del universo y todavía mucho más, dijo que esta vez él suplicaba, que era lo mejor para él, dijo tantas cosas esa noche que fue sintiendo como se le reventaba la vida en cada palabra que iba dejando salir.


Pagó la cuenta, la acompañó hasta la esquina y luego la abrazó con desasosiego, cogió sus manos nuevamente, no la vio más a los ojos y voló, voló tan lejos cuanto pudo, voló hasta que ya no pudo más, voló para escapar de las garras del amor no correspondido y de todas las maldiciones que se le fueron presentando a partir de ese tropezón sentimental.


A veces yo lo veo entre sueños, tiene una novia de madera y una perra que le va dando vida, se sientan por las tardes en el jardín de su casa y se hacen compañía mientras van regando flores con canciones, tiene la voz dulce y melodiosa, enciende mágicos fuegos artificiales cuando sus dedos rasgan las cuerdas de la guitarra, escribe tan bonito como siente, y su sonrisa, la misma que siempre había sido sumisa a veces brota y se vuelve infinita. 


Ha capturado cientos de historias en una canción, sintió, vibró y padeció; las ideas se le fueron perdiendo mientras caminaba, y más de una vez salvó su cuerpo de ser derribado por un automóvil, tan distraído y tan ausente como en sus últimos años, a veces se detiene en un parque y deja a sus miedos conversar, camina siempre con prisa y con el sonido de la música al tope en los oídos.


La misma mirada vacía, los dolores de toda la vida, los momentos tristes que se fueron acumulando en la memoria, la misma silueta de ángel y niño, el mismo diminuto rayo de ilusión.



Despierto siempre en el momento en el que va a responderme 
si ya logró arrancarla,
SI YA LA OLVIDÓ.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Reencuentro




Aún cuando mi mirada se pierda en el viento no sabrás que me estás doliendo, entonces creerás que algo me molesta o que estoy renegando, no sé porque en mi última vida piensan que cuando me desdibujo es porque estoy enfadada, no sé porque quienes no me conocen y no tienen una idea de lo que siempre he sido, piensan que cuando se me paraliza la expresión es porque estoy destilando bilis y no que me estoy acabando como momento de reloj de arena que se va consumiendo.

Aún cuando esté gritando que te he llorado hasta sangrar no sabrías lo que estoy diciendo, hablarías más y más, sobre ti, sobre ella, sobre cómo es tu atardecer ahora y todo lo que estás sintiendo, entonces yo disimularé una sonrisa, y te acariciaré media mejilla, mientras sigues hablando, últimamente me mareo mientras me hablan y ver a las personas a los ojos me hace sentir vértigo.

Aún cuando se me haya marchitado la ilusión de verte caminando por la acera en dirección hacia mis brazos no creerías en lo que ya no estoy sintiendo, he corrido tantas noches tropezando bajo la sombra de un recuerdo tras otro recuerdo y cuando al fin sentía que me había distanciado apareció tu voz dilatando el tiempo, adormeciendo el dolor y confundiendo al sentimiento.

Aún cuando mis manos estén temblando y empiece la canción de mi agonía, no confirmarías lo que estás imaginando, empezarías a actuar de forma tan normal como el resto de la humanidad que me va rodeando y ante mis ojos desfilaría tu imagen transparente tan común y tan frecuente, trataría inútilmente de buscarte entre tinieblas para rescatar tu magia y echarme a dormir abrazada a una realidad inexistente.

Aún cuando yo quiera cerrarte la boca para que dejes de verter sandeces, tú no te apagarías, eres como luz infinita que cuando empieza a centellar no cesa, entonces no habría forma de decirte que no entiendo a dónde es que te ausentaste, en que momento te soltó mis mano y te me fuiste yendo, perdiendo entre mis dedos, liberando al viento.

Aún cuando no me quede más por sentir y decida escaparme otra vez, sé que no buscarás una respuesta, y creo que será mejor así, aún habiendo aprendido que a veces las palabras te ahogan y la verdad oculta empieza a agujerear el corazón, y va quemando por dentro, aún así sigo pensando que será mejor la vida lejos de ti.

Aún cuando mis brazos ya no aprieten como antes, ni mis sonrisas broten con total plenitud; no vas a poder retratar la amargura del desprendimiento forzoso, de los agujeros que van dejando los desencantos y el desgarrador transcurso de minutos que simulan caídas consecutivas al precipicio.

Aún cuando no lo habíamos decidido, nos envolvió un reencuentro, inesperado e impredecible, de esos que van surgiendo sin que los latidos lo entiendan, de esos que se dan de un momento a otro, de esos que se postergan por miedo, cobardía o simplemente ensimismamiento, de esos que se van descartando de posibilidades y prefieren echarse al olvido, de esos que tú y yo, muy bien conocemos.

Una noche de mes morado entre viento y lluvia, nos aproximó un sentir violento, y un día de cielo azul y sol resplandeciente, nos perdimos entre confusión y distanciamiento, un día del cual tengo el viejo recuerdo, teníamos cielo azul y sol resplandeciente, que ironía.

sábado, 21 de septiembre de 2013

De vez en cuando



- Dalamy -

DE VEZ EN CUANDO . . . se crean historias que se acaban mucho antes de haber sido escritas.



DVEC se tragan dolores y se suplantan tristezas por sonrisas fingidas.

DVEC se te apachurran los sentidos y ya nada tiene razón de ser.
DVEC se borran recuerdos dulces y se te empalagan las ideas en medio del olvido.
DVEC se te escapa la ilusión y se va a acampar muy lejos de casa.
DVEC se oscurece la vida, y te despierta la alarma de la inocencia perdida.
DVEC se te cierra una puerta tras otra, y se te va carcomiendo la paciencia.
DVEC se llora tanto, que las lágrimas se cansan y ya no brotan, ya no escapan.
DVEC se te cansan los brazos de tanto esperar por abrazos que ya se han ido.
DVEC se siente que ya no se siente, y eres consciente que casi ya no existes.
DVEC se traban las palabras, y aprieta la nostalgia al hablar y no ser comprendido.
DVEC se camina de puntillas entre sombras de un viejo laberinto.
DVEC se sienten vacíos, confusiones y distanciamientos.
DVEC se despierta a medianoche con el corazón acelerado y empapado de miedo.
DVEC se ama a alguien despacito y en silencio.
DVEC se detiene la ruleta, se decide entre tormentos y te autodestinas al dolor perpetuo.
DVEC se apagan las luces, se detiene el motor y se arrojan los sentimientos al basurero.

PERO . . . 


TAMBIÉN

De vez en cuando 
se renace de las heridas, y se surge de las cenizas.

DVEC
sale el sol y se te ilumina el sendero de la vida.

DVEC
se embellece la mirada y rejuvenece el corazón.

DVEC
baila el alma y con ella, cada célula del cuerpo.

DVEC
 se sonríe, y se transmite luz, magia, alegría.

De vez en cuando
sé es como niño y sé es como ángel.

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Porque ya lo cantó Serrat,
"De vez en cuando, la vida es tan BONITA, que da gusto verla"

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jueves, 27 de junio de 2013

- Recuerdos -



Yo los recuerdo "azules" como colores de cielo, mientras el sol va quemando la piel y va tiznando miradas, tan diminutos y tan entristecidos, con el sudor empapando la espalda y con rastros del verdor de la hoja de coca en los labios que cientos de yaravíes han adormecido.


Una que otra vez los recuerdo sonriendo, otras cantando o silbando, a veces ya ni recuerdo de tanto que me duele haberlos perdido, haberlos abandonado, haberme distanciado.


Los recuerdo así, con las manos callosas y los dedos desviados, la mirada perdida y los cabellos despeinados, el rostro áspero y el sentir descuidado, la voz apagándose y la tristeza impregnada en la retina, los zapatos destrozados y la ropa hecha jirones, con los niños envueltos en mantas y sostenidos en la espalda, con los cuerpos acabados y los sueños congelados, con vidas interrumpidas y futuros encasillados, con destinos trazados y felicidad desplazada, con sonrisas en lágrimas y lágrimas en sonrisas.


Y los extraño con profundidad, he conocido la crueldad del hombre, he visto la sangre empozándose en ríos, iris y en memorias, muchos se han ido y otros cuantos nos estamos yendo de a pocos, nos estamos carcomiendo entre nosotros.

Extraño su compañía sublime, antes mucho antes del antes, cuando éramos todos uno y uno lo éramos todos, sentados de cuclillas al compás de las llamas de las velas, llorando a nuestros muertos, velando sus sueños eternos, juntando lágrimas en cántaros de resignación y ensimismamiento, tragando la saliva en seco y tratando de darle explicación al dolor en medio de la ignorancia y el desconocimiento.


Es así como algunas noches, como esta, se apagan las luces y se oscurece el presente, entonces el espíritu regresa a encontrarse con fantasmas que se han ido caricaturizando entre historias tras memorias, entre canciones tras colecciones, entre momentos tras silencios prolongados. Noches oscuras de duelo, aflora el desprendimiento y las capas que desviaban recuerdos se hacen visibles al viento, se forman sonidos profundos que penan hacia adentro.



Se apagan las luces y yo los recuerdo, se va apagando mi vida y los recuerdo con mayor intensidad.


Recuerdo que no viví, y recuerdo que tenía que olvidar que había vivido, recuerdo que no debo recordar que prometí que no recordaría, recuerdo y no recuerdo.




martes, 26 de marzo de 2013

Distancias


Sólo Dios sabe como me brillaban los ojos cuando hablaba de ti,
las palabras fluían y el corazón me latía a mil,
eran minutos gloriosos, 
eran adjetivos multiplicados y elevados al cielo,
podría entonces haber dicho que eras el paraíso que le daba luz a mis días,
y es que realmente siempre te sentí así.

A veces cuando te leo y no te descifro,
trato de entender en que momento olvidaste que eras TODO,
¿Te envolviste en las dudas y el miedo te enloqueció?
¿Sentiste que compraste a largo plazo mi corazón?,
entonces despierto y entiendo que no quiero descifrarte aún,
no quiero tragarme toda tu verdad,
no quiero no escucharte mientras te dispones a hablar, mientras mis ideas se van perdiendo y veo a lo lejos tus labios vibrar.

Existen distancias en la vida que son más fuertes que los kilómetros del mal, aquellas que se tatúan con sangre y van surcando ilusiones destinadas a fracasar, cuando yo me abracé a tu cuello y me dispuse a volar, te entregué todo lo que uno no debe nunca entregar, la confianza necesaria para soltarme de tus alas y creer que podía no destrozarme las carnes en el impacto brutal.

Se han ido formando distancias que destrozan más que más, aquellas donde recordar ya no duele y las lágrimas  ya no brotan, cuando se va tejiendo un vacío profundo y se desplaza el nombre de la persona que hoy se dibuja ausente, esas son distancias que hieren más, porque al que te partió el alma en pedazos lo retratas como "lo peor" que me ha podido suceder y al que te hizo feliz hasta reventar como "lo mejor" que le sonrió a tu vida, pero a aquella por quien ya no sientes ni pena, ni dolor, ni alegría, ni tristeza, ni remordimiento, ni antología, ni añoranza, ni odio, ni desprecio;  al no saber como etiquetarlo para que encaje en el buzón de INOLVIDABLE simplemente lo vas olvidando con el paso del tiempo, la distancia de lo que existió y luego se extinguió, es más distante de lo que puede el cuerpo soportar y más de lo que una mirada perdida pueda llegar a expresar.

Por las noches, cuando te pienso y te siento aún, más que me perfores el corazón una y otra vez, le tengo pánico a convertirnos en las distancias que acabo de mencionar, a desvanecer tu imagen en mis dedos, a depositar mis ojos en aquello que ya no está y no recordar bien si alguna vez existió, a la sensación natural de un aroma familiar pero desconocido.


El día que escuché tu voz, vi tus ojos y te sentí latiéndome en las heridas, sentí toda tu magia sublime, no edifiqué un plan de contingencia para vivir sin ti, y es que realmente eras melodía divina, armonía perfecta, protección infinita.


sábado, 16 de febrero de 2013

Dulce y bonito [♥]



Sentir tus labios en los míos (por vez primera)
 mientras mi corazón hervía en regocijo,
fue dulce.

Enredarme en tus brazos cálidos,
 reconfortantes y llenos de vida,
fue bonito.

Contemplarte diciendo TE QUIERO
 con una sonrisa hermosa
(mil y una vez más)
fue dulce.

Empaparme con tu alegría, 
y olvidarme de los mundos ajenos, externos, distantes
fue bonito.

Darle cariño a tus sentidos por unas horas
mientras acariciaba tu alma,
fue dulce.

Oír tu respiración pausada revotando en mis mejillas
impregnándome de ternura,
fue bonito.

Dejarme instruir sobre el orden correcto de los sentimientos,
sentada en tus piernas,
fue dulce.

Caminar contigo, y reír a cada paso
disfrutando de tu compañía,
fue bonito.

Entrelazar nuestras manos
para luego recostarme en tu hombro, 
observándote medias y con disimulo
fue dulce.

Tenerte tan cerca tan real tan presente
después de tanto tiempo de ausencia y martirio,
fue bonito.

Llenarme de ti,
sintiendo mariposas naciendo 
y multiplicándose de par en par,
fue dulce.

Verte a los ojos,
y observar un brillo sobrenatural,
(el reflejo de los míos atrapados en los tuyos)
fue bonito.


QUERERTE ASÍ,
como te estoy queriendo,
con tanta intensidad y delicadeza
ES DULCE Y BONITO.