lunes, 31 de diciembre de 2012

Mis doce del 12 *



Enero
- Verano ilusión, ideas sofocándome las sienes y sentimientos encontrados, te extrañaba mucho entonces, me llevé para el viaje de vacaciones un trozo de tus labios y un retazo de un amor puro que iba surgiendo, tu adorado regalo de infancia endulzado con tu aroma, tu carta delicada y tu caligrafía desfasada, los gráficos de colores que pintaste para mi y tus brazos enterrados en mis espalda, mi amor que surgía en tus cenizas y mis deseos infinitos de bailar para tus ojos y hacer de ti el felino más feliz del universo, el felino más sonriente y alegre, el felino de vida y muerte, el felino de fantasía, el felino de mi vida.

Febrero
-  Catorce de duelo, mi cariño desbordante fui esquivado, partiste mi alma en pedazos y me dejaste escapar sin correr tras mis pasos, me dejaste llorando y fuiste cruel, villano y desgarrador, lanzaste sobre mis moléculas una sonrisa malévola mientras me iba derritiendo y me dejaste morir, no te dio la gana de correr a buscarme, no te dio la gana de luchar para arrancarme el dolor, no te dio la gana de venir a salvarme, no te dio la gana de ser mi héroe, no te dio la gana de convertirte en mi ángel de amor.

Marzo

- Estocada mortal, bajé la luna y las estrellas para hacerte vibrar y me mandaste a volar, cerraste mi visión y me nublaste el corazón, fue ese domingo azul, cuando te vi con un manta de tul esmerado en cuidar y proteger a alguien más, del viento helado que osaba flagelar su piel, me paralicé en el tiempo y te maldije hasta reventar, saliste huyendo y huyeron contigo los días soleados y llenitos de fe,  nadabas en traición, hervías en antología. Te lloré hasta desvanecer esa noche, te odié al día siguiente, perdoné tu acidez segundos después,  te volví a odiar con más fuerza y te volví a perdonar, te odié y perdoné, te perdonaba mientras te iba odiando, te odiaba con las fuerzas que me quedaban y se iban apagando, te perdoné con la estupidez amparada por mi ternura.

Abril
- Olvidarte a medias, le di vuelta a la página del libro de mi vida, te alejé de mi versos, entendí que no debía sentirme culpable, te entregué casi todo y si bien salí destrozada, le otorgue a la flor de nuestro amor, sinceridad y lealtad duradera,  comprendí que debía de seguir cantando sin llorar, caminando sin brincar, y volando sin salir  por la puerta trasera,  debía entonces empezar a  suprimir el cariño para minimizar el dolor, pero no por completo, a medias para que no doliese tanto tu partida definitiva, a medias para recordarte, para darte la posibilidad de volver a revolcarte en mi dulzura y disfrutar de mi inmenso deseo de volver a curar tus heridas de guerra, de esas ganas locas de volver a acariciarte durante toda la eternidad y escapar de tu mano hasta los suburbios de la nostalgia pura.


Mayo
- Dándole cabina a un nuevo sentimiento, me pidieron que probase a ilusionarme de la ilusión y juro que lo intenté, besaron mis labios sangrantes y quisieron que fingiese gusto o placer, no se me hizo justo jugar a un falso encanto magistral, a jugar con el amor creyendo que puede el ser humano arrancar a un clavo con otro clavo, como si fuese fácil, cuando se ha querido con la cabeza fusionada al corazón, cuando se ha querido por encima de los defectos y los daños existenciales, cuando se ha querido de verdad y con candidez, cuando se ha aprendido que enamorarse del amor es aún más hermoso  porque se aprende a amar con TODO.


Junio
- La soledad y yo, decidimos darnos tiempo para disfrutar, de los amigos de siempre, de la belleza de la música y el misticismo de la fotografía, disfrutar del dolor, del masoquismo sublime, disfrutar de todo aquello que el encantamiento diluye, disfrutar de la naturaleza y de la magia de capturar admiración en la creación de detalles, disfrutar de las sonrisas del niño de mis ojos mientras le salían los primeros dientes y aprendía a vocalizar mejor con el transcurso de los días, inyectándome vida en una prolongada terapia de resurrección, cogí un bolso cargado de arrepentimiento, orgullo mancillado y dolor atrapado en la garganta, y me fui a dar un paseo de desprendimiento, até los recuerdos a las nubes y las dejé partir, crecí un poco entonces y crecieron mis ganas de olvidar y seguir resurgiendo el amor propio, hilvanando mi ego deshecho y cociendo el entristecido corazón, remendándolo por completo.


Julio
-  Volví a morir, fueron tardes tragicómicas en las cuáles deseas extrañar a alguien para ir por los suelos vomitando lágrimas, se necesita una excusa perfecta para expulsar el alma en cada gota de dolor, necesitaba sentir que las ideas me destrozan las razones para sentirme viva, se me fue quebrando la razón congelaba y deseaba gritar, insultar, maldecir, me pinté de azul fosforescente y los recuerdos que no volvían, regresaron recargados, los obligué que vinieran a destrozarte, danzó la memoria selectiva y me perdí sin nada que pensar, sin nada que sentir, sin nada que olvidar. 

Agosto
- Aire y perdición, quemé tus heridas, acabé con tu imagen impresa en la cabeza, te destruí por completo, te alejé de mis sueños y desvié tu respiración, te deshilaché de punta a punta, te arrojé al viento, y te fuiste volando como una cometa del mal, te golpearon las nubes y te aborreció el sabio sol atrapó tus miserias hasta volverte fuego y te vio arder en el infierno, te alejó, te diseminó, y  pude sonreír por fin, pude ser quien era y salté sobre tus miserias, te aplasté hasta contemplarte hecho nada, y te fuiste pudriendo, caminando descalzo, sin rumbo ni dirección, te arranqué con los dientes el boleto de viaje para el regreso y te perdiste en el desierto de mi indiferencia, de mi abandono, de mi coraje para desprenderme de lo tuyo, de tu estúpida y perfecta forma de hacerme infeliz, te atrapó la sequía de amor, te consumió el egoísmo, la cobardía y explosionaron las dagas que clavaste dentro de mi, fui libre al fin.

Setiembre
- Renací, le desperté con luz a setiembre y correteé por los campos rozando flores de colores, me vestí de fiesta y escribí mi mejor canción, decidí entonces que la próxima vez que sintiese amor por alguien, sería un alguien con un ángel dentro de si, un ser virtuoso con poderes especiales y dignos de admiración, un misterioso alguien sobrenatural. Le desperté con la fuerza de siempre y respiré libertad total, le aposté al corazón nuevamente y quise volver a vibrar,lentamente, poco a poco, sin prisas ni apresuramientos, con romanticismo ardiente y caluroso. 


Octubre (*)
- Puesta de sol (Sunrise),me crucé con un ángel en el camino, suelen llamarlo destino, yo lo denominé "sendero de la felicidad", curó mis heridas mi ángel y calmó mi sed de cariño, de ternura y de cobijo existencial, amarró mis manos a su espalda y me llevó a volar por un mundo mágico, cálido y lleno de sonrisas por descubrir, besó mis mejillas con dulzura y me desvanecí en medio de lágrimas, hacía mucho que no lloraba mientras brotaba alegría en mi corazón, no era para menos, encontré al complemento ideal hacerle frente y darle batalla a la vida macabra, dolorosa, punzante; me invadieron los motivos para no morir una vez más, desde entonces venimos luchando contra demonios internos y vamos caminando por los mundos mientras vamos gozando de pequeños momentos que se hacen eternos y permanecerán siempre en nuestras mentes, hasta lo infinito de lo infinito, cuando no nos quede más por sufrir o más por reír, enlazaremos las manos y podremos jurar que hemos aprendido a ser felices a pesar de los tiempos oscuros con temblores y azotes de color naranja perpetuo, violento.


Noviembre
- Dulce noviembre, aprendí que existen personas que hacen de la vida un mejor lugar, una melodiosa estadía que adorna los días y los mantiene estables, son seres enviados por Dios para equilibrar la tristeza y la alegría, se encargan de cuidar los sueños y de que estos no adormezcan tanto hasta el grado de dejarnos perdidos en el letargo, se esmeran en protegernos de la tentación de hacer el mal, que va surgiendo en el hombre por inercia desde la caída del vientre, del cielo al suelo; se desviven por darnos tranquilidad en medio de tanta guerra, cierran nuestros ojos y nos impiden ver la realidad enlodada. Aprendí que puede uno toparse con seres celestiales y puros de corazón, quienes están dispersos en el mundo, esperando por alguien más y siempre alertas a las necesidades de quienes se crucen por el camino con el espíritu débil y esquivos de felicidad. Aprendí que estaban esperando por mi mientras me encontraba dando vueltas en círculos, perdida en un laberinto de tragedia y melancolía; esperando para atarme de pies y manos para llenarme de amor. 


Diciembre
- Tiempo de facturación, acabo de entender que la vida es un negocio, existen períodos de ganancias y otros de pérdidas, se suman momentos felices y se van restando los grises, estruja, consume, enloquece. Es una transacción constante en la cual deberías dar y recibir,    entregar cariño con gran intensidad y recibirlo con la misma fuerza, y cuan bonito sería si rebotase todo lo bueno que se ha entregado, rebotase la felicidad que se da y volviese después para fortalecer la vida herida, es un juego constante en el que se apuesta a morir o vivir. Mi doce final me grita que van naciendo mariposas en la razón, que tengo los ojos vendados y me guía el corazón, que voy sintiendo que siento mientras voy sintiendo aún más, que ha llegado alguien especial y diferente, que va surgiendo energía de amor después de tanto vuelo, luego de naufragar y naufragar en medio de llanto y desesperación, mi doce final se despide con una sonrisa dorada.



* Hasta pronto 2012, nos veremos el día de mi juicio final,
te regalaré una sonrisa y invitaré a evocar,
serás perpetuo e infinito,
serás siempre digno de una sonrisa en el alma,
serás alegría en la memoria, porque has sido GRANDE.

Gracias.


viernes, 30 de noviembre de 2012

Cartas al abuelo


 Un día como hoy, mi abuelo murió asesinado, 
puedo sentirlo cuando papá se queda callado y tiene el dolor encadenado, puedo verlo atravesado entre sus ojos melancólicos, se me parte el alma entonces y se me chorrean las razones, hace unos años que me enteré lo que ocurrió esa mañana que despedía noviembre, lloré tanto que me inundé en quebranto, un día como hoy se me negó la posibilidad de disfrutarlo y quise retratarlo entonces, pensé en escribir estas cartas para recordarlo.




CARTA 1

Abuelo:
¿Sabes quién soy?, yo si sé quien eres, he visto tu fotografía encuadrada en blanco y negro en la habitación del segundo piso de la casa arriba junto al de la abuela, a quien dicen me asemejo mucho, he visto otras también y te he conocido al fin, observé tus ojos, tus labios, tu cabello y he podido sentirte, he apretado fuertemente mis manos mientras lagrimeaba, puedo sentirte sin haberte conocido, puedo acariciarte y sentir tu calor.

He podido envolverme entre tus cosas, esas que escondiste siempre y te esmeraste en cuidar (eso dicen), he tocado algunas prendas tuyas, he leído las portadas de algunos libros que te pertenecían, pero sobre todo he sentido tu esencia atrapada en la habitación, estás tan presente que lejos de asustarme, me entristeces de punta a punta. ¿Ya sabes quién soy?, soy la hija del hijo a quien viste antes de partir, somos tan parecidos, físicamente no, en el interior, ahí dónde quema la nostalgia y agoniza el corazón.

CARTA 2

Abuelo:
Sabes, hoy en la escuela hablaron sobre ti, estábamos jugando en el recreo y pude escucharlos sin poder entender, me han dolido, no refuté y sólo escuché, sabes que nunca digo algo y que me cuesta expresarme, yo no creo que hayas sido malo, no voy a contárselo a papá, no quiero destapar heridas, pero me han dolido tanto que estoy aquí intentando conversar contigo, ¿Qué hago? ¿Qué digo? ¿Qué pienso?, yo sigo creyendo que no has sido malo y aún no sé porque no estás más aquí con nosotros, no me lo han dicho aún pero los he escuchado murmurar y he sentido ganas de callarnos, he sentido ganas de llorar y salir corriendo, he sentido ganas de sentirte por un momento y puedas explicarme cosas que no entiendo, pero sé que no se puede y voy a esperar para saber, o saber para dejar de esperar, voy a esperarte lo prometo.


Mientras tanto, no dejaré de sentir que has sido importante y especial, que las palabras vuelan porque la envidia pesa y el rencor te apresa, no dejaré de sentir que malo no has sido y que si no estás es porque necesariamente tenías que viajar al cielo para cuidarnos a nosotros de nosotros mismos. Voy a seguir esperando por tu verdad, por esa que no se me está permitida, por esa que callan cada que acerco mi cuerpo y sienten que estoy ahí, por esa que nublan y tratan de alejar, por esa verdad de la que dicen me están protegiendo, no lo entiendo hoy, posiblemente lo entienda mañana, voy a seguir esperando por ti.
                                          
CARTA 3

Abuelo:
¿Como estás hoy?, imagino que estás bien allá arriba, me haces falta, sobre todo cuando quiero saber de alegrías y sombras, cuando quiero sentarme en tus piernas y abrazarte mientras narras viejas
 historias y emocionantes leyendas, como lo hace José con su abuelo, o Lorena con el suyo, como lo hacen la mayoría de mis compañeros de clase, me hubiese gustado que seas tú quien me enseñe a montar a los caballos o verte fotografiado sobre ellos muy radiante y hermoso, como decían que te veías, sabes acabo de caer ayer, y siento miedo de volver a intentarlo, el caballo pequeño no es malo, sé que no quiso lastimarme, pero he caído y siento miedo, mucho miedo; me encantaría que estés aquí conmigo para que me ayudes a vencer el pánico y me hagas sentir mejor, 
me hubiese encantado volver a montar contigo y dormirme en tus brazos mientras anochecía. 

Me haces tanta falta, cuando quiero viajar por la vida y necesito que seas tú quien me enseñe a caminar por nuevos senderos, papá casi nunca tiene tiempo, está muy ocupado trabajando y a veces no sé como pedirle que me llevé de un lugar a otro, y además, lo he pensando, no sería lo mismo, de verdad que siempre he querido que seas tú quien me enseñe a vivir y a sentir nuevas emociones; que vayamos juntos a los paseos de la escuela o a las reuniones sociales, que me ayudes a escribir un cuento o me relates una historia increíble para compartirla con los demás niños, quiero que sientan lo increíble que has sido, porque yo lo siento y eso me hace sonreír en medio de tanta tristeza marcada por tu ausencia, me haces tanta falta.

CARTA 4

Abuelo:
Mis padres me acaban de dar la noticia, me cambiarán de escuela y de lugar, vamos a estar más alejados, acabo de volver del cementerio, necesitaba despedirme de ti, voy a dejarlo todo y voy a empezar de nuevo, ¿Crees que estaré bien?, la verdad que no lo sé, me han dicho que es para que me encamine mejor y es hora de que empiece a relacionarme con otro tipo de personas, ¿Por qué no puedo quedarme?, si las personas son iguales en todos lados y me siento tan bien aquí, aquí están casi todos a quienes quiero y no quiero irme, además voy a extrañarte aún más.

¿Te olvidarás de mi?, sé que aunque no pueda escucharle decirlo siempre estarás conmigo, pero como no puedo llevar tu cuerpo a dónde esté, me agrieta creer que vas a olvidarme o que vas a enojarte mucho porque no estaré frente a ti conversando contigo, tan cerca como hasta ahora, ojalá y no me olvides, porque hace mucho que yo no olvido que no debo olvidar que te estoy olvidando si no pienso en ti, van pasando los años sé que lo único que me mantendrá enlazada a los recuerdos que nunca existieron, será pensar en ti, como si existieses, como si no te hubieras ido.


CARTA 5

Abuelo:
Es la fiesta de promoción del colegio, vi a Carolina bailar con don Tito y se veían tan lindos juntos, quise bailar contigo, sentí tu ausencia más dolorosa que siempre, ¿Por qué no estás aquí conmigo?, hubiese dado la mitad de lo que tengo por bailar contigo el vals tradicional, por bajar de tu brazo por las escalinatas y darte un beso en la frente mientras tomabas mis manos.Hubiese entregado minutos de existencia por cuidar tus pasos y llevarte de un lugar a otro, por caminar por la calle y conversar contigo, por disfrutar momentos y capturar sentimientos, por alimentarte y cuidarte, por velar tus sueños y depositar mi amor en cada abrazo.

Me dejado caer, y ha reposado sobre mi piel un halo de antología, estoy imaginándote sonriendo, y estremeciendo mi vida , hablando conmigo y llorando también, te voy prometiendo el mundo mientras vamos bailando juntos, me susurras que estoy creciendo cada vez menos grande y menos fuerte, prometes que vas a estar siempre a mi lado para sostenerme cuando más dolida esté, aún ausente vas a estar presente y siempre alerta a mis gritos de auxilio, me dejó morir en tu espalda y coges mi cintura con ternura, te siento respirando despacito y me toca susurrar esta vez . . .
                                   

TE QUIERO ABUELO, TE QUIERO CON TODO.

CARTA 6

Abuelo:
YA LO SE TODO.
Estoy partida en pedazos y me cuesta contener tanta amargura, tanto desprecio y tantas ganas de ahogarlos en mis lágrimas. Fue tu hija, la tía a quien conocí apenas hace un año quien me contó lo que sucedió esa mañana de noviembre, me lo contó a través de una videollamada, era de noche y estaba en la habitación frente a la computadora, ella creía que yo sabía y me lo dijo de un momento a otro, de golpe, sin opción a que reaccione, me bañó de tristeza y ni cuenta se dio.

Al día siguiente busqué a mamá para preguntárselo, necesitaba saber todo lo que había sucedido, la noche anterior me dieron a beber retazos que dejaban la duda latente y adormecía aún más la intriga; se quedó perpleja, nunca imaginó que llegaría el momento de hablar conmigo al respecto, me cogió de la mano y nos sentamos a conversar en la azotea, me lo dijo todo y yo sentí el todo reventándome las ideas, escuché hasta el final lo que había por contar, por primera vez hablaba conmigo sin tapujos, sin nada que ocultar. Cuando terminó de hablar, estaba mi alma reposando en llanto, baje lentamente y busqué a papá, lo vi y no tuve fuerzas para ir a abrazarlo, me encerré en mi habitación y me tendí a llorar, a llorar fuertemente.

CARTA 7

Abuelo:
Ingresé a la universidad, mis padres viajaron y nadie me llevó al examen de admisión ni me recogió después de darlo, sé que estarías conmigo no hubieses permitido que eso sucediera, llegué a casa con la presión en el piso y casi desmayé, sentí que no había dado un buen examen y el pánico me invadió, quise que salieras en mi encuentro y me salvaras de morir, no estabas y tampoco quise estar sin ti.

En la tarde encendí la computadora, y vi los resultados, luego de verlos me arrodillé y me puse a llorar, sabes que me costó mucho y lo sabes porque me viste sufrirlo de verdad, quise abrazarte una vez más, intuyo que te sentirías orgulloso como nadie lo está, creo que si vivieras si lo entenderías y podrías disfrutar conmigo todo lo que nadie quiso disfrutar, confío en que sí, por lo menos tú si me regalarías sonrisas de verdad y no tendrías que fingir que realmente estás feliz, podría sentirte tan real y sincero mientras vas suprimiendo mi ardor, pero no estás aquí y realmente me consume no tenerte, y no poder compartir todo esto, todo esto contigo.

CARTA 8

Abuelo:
Me dejaron un trabajo en la universidad, consiste en redactar un reportaje donde se aplique periodismo de investigación, no lo pensé dos veces, quise escribir sobre ti, sobre lo que te sucedió y lo mutilada que quedó nuestra familia, me encantaría poder escuchar tu opinión, intentaré escribir lo mejor que pueda, plasmar la sangre derramada en hojas de papel, espero y no logre decepcionarte, de verdad, pondré lo mejor de mi en cada párrafo.

Sin embargo siento miedo, me veré en la necesidad de remover tus cenizas y me quiebra, va a doler aún más cuando escuche versiones que atraviesen mi atormentado corazón y haga que otros corazones se atormenten más mientras me van narrando lo sucedido, haré lo que siendo niña rehuí, destapar heridas. Me asusta, pero voy a hacerlo por ambos, quiero que lo sepa él, escribe tan genial, deberías leerlo o escucharlo cuando va narrando cuentos, esa facilidad de expresión, esa capacidad de transmitir una historia de una forma tan hermosa, lo admiro en demasía, pero sólo lo sabes tú y no quiero que nadie más lo sepa, así que quiero escribir sobre ti para él y como eres tú y me vas a ayudar, espero que logremos impactarlo.


CARTA FINAL

Abuelo:
Te he extrañado mucho en el tiempo que llevo adaptándome a un papel que se me otorgó cuando decidieron por mi y me trajeron a este mundo, he necesitado de ti en cada día de mi vida, he no disfrutado de tu compañía, de tus defectos y virtudes, me arrebataron tu cariño e hicieron de mi lo que soy y nunca debí ser, lo que sucedió contigo repercutió en mi de forma ahora explicable, no pudimos conectarnos, nunca disfruté de tu presencia pero desayuno contigo a diario, almorzamos juntos y me das un beso antes de irme a dormir.

No tenerte significó privarme de delicias que muchos han saboreado, esa bendición tan grande de tener a ángeles maravillosos al lado suyo, esa dicha de que alguien más estará ahí para protegerte y consolarte cuando los demás te han dado la espalda, y hayan decidido alejarse, ese disfrute diario, se me ha sido negado, así como muchos hechos bonitos que se me son esquivos o se me hacen fugaces.

Perderte, me arrancó la dicha de que me cargues en brazos o me eleves a conocer el cielo en hombros, perderte aceleró mi caída y me hizo aún más débil e impredecible, perderte significó darle de bofetadas a millonadas de sonrisas.


Hace veintitrés años, la mañana del treinta de noviembre
 
una bala planeada y cobarde apagó sus días
le reventó la vida y nos la sentenció a nosotros,
he sentido su ausencia estrujándome los huesos,
es uno de esos dolores que atormentan a diario,
una de esas carencias que te queman el alma.



martes, 27 de noviembre de 2012

Y de repente ... así

Hace una semana, exactamente a  la misma hora, en el mismo lugar y el mismo día, acababa de salir de clases temprano (como hoy), deambulaba por la universidad mientras esperaba a alguien, de pronto me llamó la atención un suceso inusual.

Un sujeto conversaba efusivamente con un grupo de jóvenes, podía escucharlo hablar aún estando muy lejos, capturó mi atención el ver a las personas que lo rodeaban embobadas escuchándolo, podía sentirlos levitar mientras iban oyéndolo, apresuré el paso y lo dejé de lado.

Tres horas después, cuando volví al mismo lugar, casi desmayo por la impresión, el mismo sujeto y el mismo grupo de personas, continuaban envueltos en la conversación, pensé:
 - WTF! ¿De que rayos estarán hablando? ¿Será un examen oral? 

Esperé aún más, traté de escuchar parte de la conversación pero no quise ser tan obvia, los seguí observando, empezaba a anochecer, encontré a la persona a quien estaba esperando y salimos de la universidad, vi el reloj y eran las siete de la noche, ya no eran tres sino cuatro horas, y ellos permanecían tan quietos, tan parados y tan idiotizados.

( * * * )

Hoy, mientras hacía el trabajo de mi prima y entrevistaba a algunas personas, me topé con una persona peculiar, de esas que quieren conversar con alguien sin importarles  si los conocen o no, dijo que era docente de pedagogía y que quería saber la razón que me llevaba a hacerle la entrevista, traté de argumentar algo que desconocía y cuyas razones me fueron ocultas, empezó a hablar y a hablar, si sabía poco o mucho, no me interesaba entonces, llevaba prisa, en minutos empezaba mi última clase del día y estaba dispuesta a entrar; lo escuchaba sin querer escucharlo, tratando de mostrarle mi incomodidad, cuando de pronto vi al sujeto (a quien mencioné anteriormente) acercársele y pedirle el celular, seguía hablando  conmigo el catedrático hasta que lo llamaron y me quedé con el sujeto que se le acercó, a quien no reconocí hasta horas después.

Era el inicio de una nueva plática con otra persona, y yo empezaba a hartarme de la situación, me disponía a escapar cuando me percaté que podía hacerle la entrevista a él y sería aún más fácil realizársela, se lo propuse y aceptó.

Le hice las preguntas establecidas y contestó de una forma tan admirable que me quedé perpleja mientras iba respondiendo, me encantó escucharlo hablar y decir tanto en cada palabra, acabamos la entrevista y me quedé conversando con él durante dos horas, no nos conocíamos, pero ahora siento que estábamos destinados a hacerlo, al momento de despedirnos recordé que era él, a quien había visto hace siete días y me quedé admiradísima, se lo comenté y me dijo que era usual que se perdiese en conversaciones prolongadas, le gustaba hacerlo y formaba parte de su vida habitual, me invitó a formar parte de algunos proyectos suyos y me encantó la idea, me encantó de verdad.

Hacía mucho que no conocía  a una persona tan llena de conocimientos, y tan llena de todo lo que necesitaba escuchar hoy, hacía mucho que había dejado de interesarme en mi carrera en tiempo futuro, después de mi frustrado intento por cambiarme de universidad había quedado hecha trizas sin ganas de dar ni entregar, hoy sentí toda esa fuerza resurgir, todas esas ganas entremezcladas por alcanzar objetivos grandes e importantes.

Y de repente así . . .

Recordé que había amado desde el principio lo que decidí estudiar, entonces era muy consiente que iba a tropezarme cientos de veces, podría llorar amargamente, pero siempre me sentiría feliz por haber decidido seguir mis pasos y no haber permitido que mis sueños se vayan mutilando mientras caminaba.

Y de repente así . . .

Me quedó claro que si volviese a nacer elegiría ser comunicadora social, nunca antes me sentí tan comprometida con lo que haré al egresar de la facultad, lo mucho que me falta por aprender pero lo mucho que me queda por entregar.

Y de repente así . . .  entendí que las personas que se van cruzando en tu camino tienen una razón de ser y de estar, que todos estamos previamente conectados para encontrarnos en algún momento de nuestras vidas, que estamos predestinados a bailar determinadas coreografías, que formamos parte de una misma historia y que tenemos que juntar las piezas para finalmente encontrarle lógica a nuestra existencia, lógica a nuestras melodías y a la fusión de la tragicomedia que desde siempre hemos a aprendido a llamar vida.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Sunrise in october



Desde el día que mis padres se conocieron mi destino apuntaba a que debía nacer en octubre, se fortaleció luego el deseo en el vientre; se fue dando de forma épica, tenía que haber nacido cumplidos los nueve meses, se extendió mi declive, nací un mes después y claramente insisto, todo apuntada a lo que encerraría mi vida tardía, a lo diferente y extraña, a lo inusual e impredecible, a las mil y un contradicciones, a lo que pocos ven y saben, pero que han aprendido a entender a través de mis gritos capturados en escritos. 

Guardo dentro de mi al significado más puro del desorden existencial, a la aglomeración de problemas emocionales y complicaciones sentimentales, guardo dentro de mi toda la esencia de lo que nunca quise ser pero estaba destinada a ser, soy lo que no ven y oculto bajo mi piel.

Yo era para octubre entonces como octubre lo era para mi,
éramos desde tiempos muy remotos cómplices de reencarnaciones constantes,
fieles acompañantes y dulces contrincantes.

Las tardes de primavera dejaba mi cuerpo caer sobre el gras bajo la ilusión de cada ocaso, dejaba mi cuerpo temblar por la sombra de octubre y mis lágrimas brotaban hacia el cielo, contaba los días y los iba tarjando violentamente en la mente, se hacía eterna la espera y me consumía el silencio, octubre llegaba lento y yo la esperaba llorando, viajaba durante un año y volvía con rosas de colores apagando viejos temblores, hermoso y radiante.

Yo volvía a nacer para octubre durante veinte años,
recargaba las fuerzas para iluminarme durante tanto encierro, 
adelantaba el reloj,
calentaba mis llagas sangrantes para no congelarme dormida,
enloquecía la espera,
yo tenía que volverle a nacer a octubre durante veinte años,
hasta que llegaste a mi vida y naciste para ambos.




Llegó el OCHO de octubre,
¿no es hermoso el destino?, ocho es mi número favorito
8 del 10, y 
fueron diez años de ausencia
DIEZ meses me atonté en el vientre
acababa de cumplir veinte, y era el doble de DIEZ,
le sumo las cifras (2 + 0 = 2), equivale a dos almas, la suya y la mía.

Cumplida mi primera década conocí a quien más luz le dio mi vida.
Cumplida mi segunda década volví a nacer en otro cuerpo, tiempo y espacio pero en los mismos brazos.

Y empecé a escribir este blog el jueves 8 de octubre del 2009
INSISTO ¿NO ES HERMOSO EL DESTINO?



Y fueron sus ojos tiernos,
sus manos suaves
su sentir bonito
su ternura indescriptible,
fueron las noches en vela en conversaciones por el celular,
fueron los días soleados de caminatas por los sueños,
fueron las semanas que se nos dieron por descubrir,
el mes que se nos fue y se dibujó en el corazón, el abrazo que se impregnó en el fondo del alma, el cariño que surgió en medio del vacío, la amistad tan hermosa que me libera de la soledad que me convierte en nada.

Su voz purificándose en el alma,
su capacidad tan sublime de dar paz,
su dulzura,
su luz,
su sonrisa angelical,
su fuerza sobrenatural, esa que hace que me levante después de una caiga, que le sonría a mis días azules, que no me atemorice tanto elevarme hasta las nubes, que confíe y sienta que todo va a estar bien a pesar del llanto.

Y es su cariño,
su infinita bondad que va arrebatando mis miedos, va absorbiendo mis enredos y es como  siempre quise que alguien sea, sus palabras, tan precisas y reconfortantes, tan dulces y desbordantes.


                                                  


*  *  *
Cuando de pronto me ves y tengo la mirada perdida,
con ideas escondidas y palabras ausentes.


No quiero que tus ojos se dibujen tan tristes, 
son días en los cuales siento que no siento más que siempre,
cuando respiro más hasta el fondo el dolor de no entenderme,
cuando más me apodera el pánico a perderme,
cuando más me desbarata ser tan diferente y extraña,
cuando más insignificancia me desquicia al no poder merecerte,
cuando más me cuesta hablar y no lograr escucharme,
cuando más desaparecida estoy del mundo al no poder encontrarme,
cuando más normal posible quiero ser para ti y no puedo, 
perdóname yo no puedo,
perdóname por favor pero no puedo.


*  *  *
Tú fuiste mi puesta de sol en octubre,
y no existen palabras, detalles o caricias para agradecerte,
tú fuiste todo lo que necesitaba que fueses,
para intentar volver a sonreír de felicidad,
tú logras que yo desprenda magia por donde camine,
tu eres y seguirás siendo mi ocaso favorito en los meses que vendrán,

mi puesta de sol mientras me voy doliendo
mi retazo de alegría mientras me voy volando

hasta que me dibuje azul nuevamente.


sábado, 13 de octubre de 2012

Escribirte a oscuras



No quiero escribir sobre ti,
pero últimamente no tengo ideas interesantes en la cabeza,

no, no, no, no es eso,
tu presencia hace que no tenga nada más en que pensar.

Pero no, no y no, yo no quiero escribir sobre ti,

porque es demasiado pronto,
pero que más da (he pensado) en mi vida todo ha sucedido de forma precoz,
debería estar acostumbrada.

Crecí, víctima de nostalgia precoz,
lloré amargamente a grito precoz,

se deprimió mi voz con silencio precoz,
maduré a base de dolor precoz,
me diluyen las tardes con rayos y truenos, de tormenta precoz,
se me partieron las ideas, con crueldad precoz,
me enamoré del desamor, con sentir precoz,
sangraron mis ojos, con mierda precoz.


Pero . . .
¡CARAJO!

yo no quiero escribir sobre ti, y ya he empezado a hacerlo.

Es el humo del cigarrillo que no tengo entre los dedos, pero me gustaría tener, es el alcohol que quiero que absorba mis sentidos, pero odio la sensación de abandono existencial , es la indiferencia en tu mirada que me me destruye, pero no estás viéndome y no se si quieras verme hoy.

Perdición que me atraviesa por completo,
es el cariño que ha surgido de pronto y sé que va a consumirme,

entonces es cuando te vistes de abandono y te vas,
te vas corriendo,
sí, corriendo como todos a quienes he adorado con ternura,
escapas de mis brazos,
dejándome atrás sin importarte si me evaporo o me convierto en carne podrida.


Es cuando dejas de llamar,
dejas de escribir,

dejas de voltear y revolotear tu cabello para verme pasar,
es cuando me tienes en tus manos,
y puedes estrujarme hasta que no me quede nada más por perder.

Es cuando mi alma pasa a la fase dos,
la de la antología,

la de la devoción mágica,
la de elevarte hasta el cielo, como si fueses un ángel o un ser demasiado maravilloso,
la del engaño puro, la del arrepentimiento y la locura infinita,
es cuando ya has logrado enloquecerme,
he dejado de ser yo,
he dejado de ver a mi alrededor
y me voy consumiendo, más y más.


No quería escribir sobre ti,
pero terminé haciéndolo a medias,
no he terminado aún,
voy a derramar palabras y a brindar con rimas mil veces más,

no hoy no porque no me queda más por dar por ahora,
prefiero jugar a sufrir y sufrir mientras estoy jugando, me siento mejor que a jugar a esconderme. 

De pronto una frase tuya, fugaz roza mis mejillas:

 - "Atrévete y vive el momento, siéntelo, vívelo, disfrútalo"

Y

respondo:
(con cólera y tristeza entremezclada)


¿Acaso tu me dejaste vivir mi momento contigo?



Cuando esa noche de pronto, en medio de sonrisas y suspiros, 
decidiste arrojarme al vacío de un momento a otro,
sin mandar señales,
sin dibujar expresiones,
me arrojaste y volaste,
lejos muy lejos de todo lo bonito que iba sintiendo.


domingo, 30 de septiembre de 2012

Buscándote



Tus ojos, 
tus ojos brillosos, 
bonitos como el mar
transparentes sublimes,
ambos velando mi sueños, ambos calándose en mi piel.
Quiero volver a reflejarme dentro de ellos,
quiero volver a naufragar en tus cabellos,
castaños, dorados,
 hermosos, huraños
del color del sol.


Tu ternura,
tu infinita sensibilidad,
sentir que me desahogas y cubres,
a tientas, dibujando sobre las nubes.


Tu voz,
me derrito por volver a escuchar tu voz,
que me cantes al oído, que me calmes o irrites,
me mates o marchites,
necesito volver a sonar con tus chillidos.


Tu cariño,
tu manía de regalar tanto amor,
el coraje divino de perder el pudor.
(¿recuerdas que yo no podía?)
no nunca, nunca podía,
gritar que adoraba a diestra y siniestra,
maldita sea no podía.


Tus abrazos,

poder atarlos cuanto antes a mi corazón,
para que no vuelvas a escapar,
para que no me dejes atrás
y me obligues a perder el compás.


Tu sabiduría,

siempre guiándome por buen camino,
apegadita a mi cintura,
volando conmigo,
 eternamente tejiendo ataduras.


Tu risa,

extraño tanto oírte escandalosa mientras reías,
yo apenas movía los labios,
apenas abría la boca,
y tú reías de oreja a oreja,
radiante, perfecta y cautivadora.


Tu imaginación,

esa facilidad para contar historias o describirlas,
durante días y semanas,
me atabas,
me sujetabas,
te apoderabas por completo de mi atención,
lo recuerdo tan pero tan bien.


Estoy buscándote hoy,
te buscaré con más intensidad mañana, 
te buscaré hasta que pueda saltar y desvanecerme en tus dedos.

Y cuando haya logrado tocar tu alma,
voy a quedarme a vivir contigo,
te regalaré todo lo que antes no pude darte,
voy a quedarte a oscuras a acompañarte.


No vas a volver a dejarme,
no dejaré que escapes otra vez,
no permitiré que otra década te arranque de mi lado,
vamos a hilvanar historias multicolores,
vamos a retratarlas una a una, hermosas, bellas y sin temblores.


Porque habías si  TÚ,
lo que mi  canción estaba esperando,
porque siempre quise que seas TÚ,
quien le vuelva a dar color a mi  mundo azul.


Y cuando te vuelva a tener,
cuando respiremos el mismo aire
compartamos el mismo espacio,
lloraré,
lloraré hasta que me sangren las ideas,
lloraré,
hasta morir dulcemente en tus labios.


Buscándote,
ideando un plan de vida en caricatura,
arrastrándome,
hasta tocar la esencia de tus moléculas,
arrancándole
para tus niñas, la luz a cada una de las luciérnagas.


viernes, 14 de septiembre de 2012

Tormento de amor



El hombre más amado de la tierra, 
al que espero desde el siglo anterior. 
Tiene los ojitos color miel y una fragancia tibia, 
muy tibia en su piel. 

Si alguien sabe de él, que me lo diga, 
estoy atormentada por su amor 
tiene en la mirada tanta calidez 
que jamás lo pude olvidar, 
no puedo olvidar. 

Tormento de amor, pasión de mujer, 
el cielo es testigo de mi padecer 
tormento de amor quisiera vivir envuelta 
en sus brazos y hacerlo feliz. 

Se me hace insoportable lo extraño tanto, 
suspiro el desencanto si no está 
él es mi otra mitad, no puedo olvidarlo, 
no voy a olvidar. 

Desde que te vi supe comprender 
que uno es para otro 
y tú eres para mí, déjate ver, no seas cruel.



Una noche del año en el que nos conocimos, en una de nuestras acostumbradas discusiones, me acorralaste de pronto:

- Estoy harto, 

¿Qué esperas de mi?
 ¿En qué quieres que me convierta? 
¿Qué quieres que sea?

No supe que responder entonces, dije tantas cosas para no quedar mal parada pero ninguna fue real, mentí para no sentirme tan vacía, por primera vez supe que no todo lo que decía o hacía estaba correcto y así íbamos por el rumbo adecuado, había querido moldearte, quería que seas como no querías o quizás no podías ser, te había pedido transformarte en un hombre perfecto y tu estabas a leguas de serlo.


Entonces no sabía el porqué de tus torpezas, entonces creía que eres injusto, cruel y egoísta, que no merecías que yo derramase alguna lágrima por ti; quería fabricarte a mi manera y eso nos estaba alejando sin ni siquiera haber estado juntos anteriormente, lo nuestro que había surgido de la nada a partir de un juego virtual y queríamos que los demás creyesen que en verdad era real, había logrado colarse primero en nuestras mentes para luego balancearse en nuestros corazones, estaba destinado al fracaso por como había iniciado y para sorpresa de ambos, de cientos después, se había vuelto sólido y precisamente cuando nos disponíamos a enamorarnos, te arrojé a la nada, te arrebaté de mis brazos, quise que sintieras mi desamor, quise que aprendieses a valorarme, y perdí, perdí de la manera más tonta e inmadura, si inmadura, inmadura hasta la coronilla, que estúpido, yo que tan duramente te había juzgado por la  inmadurez adoptada por ti en nuestra relación, acababa de mandar todo a los mil demonios por algo tan vano, ahora lo entiendo, tan pero tan vano.


Ahora que he revuelto todos mis sentimientos; me atrapó el coraje puro de no haber valorado todas tus virtudes, estaba cegada por tus imperfecciones, por lo que no podías cambiar dentro de ti, por todo lo bonito que sabía que podías dar pero te resistías (creía que te resistías) pero en verdad no podías, te costaba, posiblemente lo habías intentado y no habías podido lograrlo, pero ahí estaba yo para atormentarte, para corregirte a diario, para azotar tus errores y embarrarlos en el rostro.


SOLÍAMOS


Solías encandilarme a diario, con una canción o una palabra tuya, con tu perfecta ortografía y hermosa manera de expresar lo que sentías a través de palabras, me gusta así y lo sabías, me gusta porque perdura, se hace casi eterno.

Solía sentirme orgullosa, mientras íbamos juntos caminando de la mano, orgullosa de lo bello que era que sean míos tus cabellos, tus ojos, tus manos calientes y tus uñas largas, tu perfume delicioso, tu aroma a niño y a hombre a la vez, tu hermoso cabello acariciando mis mejillas, tu olor a pureza desbordante y a limpieza abismal, tu rostro suave y bonito, suave y bonito de más.


Solías esconderte cuando peleábamos, o huir, no por escapar sino por protegerme, eras explosivo (recién lo entiendo hoy) y no querías destruirme, como habías hecho antes con otras personas, y preferías respirar para luego hablar, yo en cambio me había convertido en los vasos preferidos de las gotas rabiosas, estaba al ras del colapso casi siempre, y tu tenías el don maravilloso de hacerme enloquecer, de humedecerme en la locura infinita y entonces mi indiferencia era un guante de box, decías que era jodidamente horrendo que no te hablase por horas, días o semanas.

Solía morir en tus brazos, sentir tu corazón latiendo a mil por hora, eras el sostén que entonces me ayudó a salir del agujero, pero te empezabas a convertir en otro, pero uno deliciosa, agradable y lo suficientemente confortable como para sufrir sonriendo, y llorar en medio del júbilo.

CONFIESO 


Esas tardes y noches, cuando estábamos distantes, moría por verte parado frente a la ventana de mi habitación, sentado en las rieles del ferrocarril donde muchas veces congelamos la melancolía, y esperábamos entonces a que nos visitase la luna, a contemplarnos tan felices; no esperaba que dijeras algo, tan sólo te hubieses atrevido a aparecerte frente a mi, y yo iba  a correr a saltar a tus brazos, iba a llenarte de besos, iba a llenar tus vacíos.

Miles han sido las veces que imaginé ese cuadro, miles las veces que antes de entrar a casa volteé y te busqué con la mirada, miles los minutos que desperdicié caminando lento esperando que corrieras tras de mi (otra vez, otra vez), miles de ilusiones que se evaporaron pero no por completo, aún queda algo de imaginación en mi, cuando una tarde fría y llena de tristeza, aún giro la cabeza y volteó con la esperanza más sublime de verte contemplándome desde algún punto, desde algún orificio o desde algún rinconcito del olvido.

 "Contigo despertar, sobrevivir un día más,
pudiendo despegarnos de infortunios,
sentados sin hablar hoy mis secretos voy a dar
para entregártelos porque sí" 


Sé que debí haber escrito esto antes, mucho antes, mucho antes del antes, pero estaba demasiado atrapada en mi herida de mujer, envuelta completa, sé que ya no tiene sentido escribirlo porque no lo vas a leer, y si me lees ¿Y si lo haces?, no, no, no lo vas a hacer, y en todo caso si lo lees no vas a pasar un párrafo y vas a dejarme bailando sola.



INSISTO

Yo no me arrepiento de haberte querido como te quise, mi tormento no radica en intentar suprimir lo que existió, no quiero hacerlo, porque no lo mereces, fuiste demasiado especial y demasiado hermoso, tú no eres de los que una olvida fácilmente, posiblemente yo si lo haya sido, pero tu no, tu nunca . . . NUNCA.


Estaré esperando por ti, siempre habrá un poquito de mi para ti, así ya no esté tan sola más adelante o haya decidido darle cabida a un nuevo sentimiento, siempre existirá un poco de mi para mi.


"Mis días sin ti son tan oscuros,
tan largos tan grises mis días sin ti,
mis días sin ti son tan absurdos
tan agrios tan duros mis día sin ti,
mis días sin ti no tienen noches,
si alguna aparece es inútil dormir,
mis días sin ti son un derroche,
las horas no tienen principio ni fin".


Algo más . . .

Te extraño a rabiar,
siento la necesidad más repudiable de que las yemas de tus dedos vuelvan a deslizarse por mi espalda mientras me vas besando con ternura.

Te extraño más que todos los días que se diluyeron en tu ausencia, 
siento la cobardía inexplicable del que si no regresas voy  a correr a buscarte.
Te extraño inmensamente,
y he olvidado todo, todo lo que no sea agradable, todo lo que ATORMENTE DE AMOR.

Pero sé que nunca lo sabrás
 porque sé que no vas a leer esto . . .
¡Oh Dios mío! no no no NO lo vas a leer.