lunes, 13 de agosto de 2012

R.I.P Chavela Vargas



" Nadie se muere de amor: ni por falta, ni por sobra "

YO NO ESTUDIÉ PARA SER LESBIANA

"Yo he tenido que luchar para ser yo y que se me respete, y llevar ese estigma, para mí, es un orgullo. Llevar el nombre de lesbiana. No voy presumiendo, no lo voy pregonando, pero no lo niego. He tenido que enfrentarme con la sociedad, con la Iglesia, que dice que malditos los homosexuales… Es absurdo. Cómo vas a juzgar a un ser que ha nacido así. Yo no estudié para ser lesbiana. Ni me enseñaron a ser así. Yo nací así. Desde que abrí los ojos al mundo.Yo nunca me he acostado con un señor.Nunca.  Fíjate qué pureza, yo no tengo de qué avergonzarme... Mis dioses me hicieron así."

(Chavela Vargas "La chamana")


El domingo cinco de agosto, era un día como cualquier otro, entre la fiebre desatada por las olimpiadas y la fiesta que se está viviendo allá en la muy muy lejana ciudad de Londres; un suceso remecía los tímpanos de muchos, en aquellos que derepente habíamos decidido darle una ojeada a las últimas notas del Twitter para saber que es lo que estaba sucediendo en mundo.

- Chavela Vargas se ha ido, publicaba el diario español "El país"

- Se nos adelantó la chamana, twiteaba el moustro llamado "Televisa"

- Noo, no me lo digan. Ay ya se me torció el alma.. Adios chavela, bonito viaje, escribía Alejandro Sanz

- Chavela era ese Méjico de todos, el que se quedo conmigo siempre, el que me habita! Ay Chavela, Chavela, Chavela!!!, arremetía Carlos Vives desde Colombia.

Y el el twitter oficial de la cantante, atravesaba, como puñales al corazón:

"Los mariachis callaron, a partir de ahora, las amarguras volverán a ser amargas, señores y señoras, se ha ido Chavela Vargas"

De un minuto a otro estábamos inundados con notas similares, se dejaron de lado las olimpiadas y la atención había centrado sus ojos en los de Chavela, los ojos que se les habían dormido para siempre, ahora estaban siendo observados por grandes y pequeños, por sabios y patosos, por gobernantes y oprimidos, por mejicanos y no mejicanos, por escritores o literatos, por vivos o por muertos, por nosotros los muertos y los del mas allá lo verdaderos vivos.

Y muy atrás, en la fila más alejada de su sueño eterno, me encontraba yo, paralizada, con un dolor extraño y sin haber comprobado antes si se trataba de la misma persona, mis dedos corrieron a buscarla, la encontré y sentí la necesidad  colosal de escucharla, de escucharla hasta quedarme aún más dormida que ella.

Esa noche de domingo la escuché durante tres horas, una a una, la escuché toda toda, la escuché completa, me desnudó el alma, me penetró las venas y me sumergió en su llanto, el llanto más delicioso que había sentido hasta entonces, cargado con romanticismo, endulzado con amor del bueno y coloreado con hermosas mujeres que se habían quedado esa noche a bailar con ella, habían regresado a verla para luego llevarla junto a ellas, las mujeres que Chavela había amado a rabiar.

Sucede que LA CHAMANA era una mujer disfrazada en un cuerpo ajeno, corrección no era una mujer en sí, porque nunca admitió que alguna vez  lo había sido, en sus canciones ella era un varón enamorado, uno que a las decepciones le hacía frente con botellas de tequila y lo amedrentaba con cigarrillos a quemarropa, tampoco se vistió de hipocresía y aparentó ser una dama para aparentar, ella nunca se sintió mujer ni siquiera cuando la parieron o cuando la amamantaban.

Y amó profundamente, amo como pocos seres humanos lo han hecho, amó tanto pero tanto, que prefirió morir en los brazos de su amada a dejarla ir sin más ni más. Escribió esta canción para Frida Kahlo, a quién minutos antes de morir confesó que seguía amando con locura y desenfreno, que si no hubiese volado antes, mucho antes que ella, hubiese vuelto a buscar, vuelto a sufrir, vuelvo a vivir, a vivir amándola.

" Ya me canso de llorar y no amanece,                     
ya no sé, si maldecirte o por ti rezar,                            
tengo miedo de buscarte y de encontrarte,                
donde me aseguran tus amigos que te vas,                 
hay momentos en que quisiera, mejor dejarte,        
 arrancarme ya los clavos de mi pena                           
pero mis ojos se mueren sin mirar tus ojos              
 y mi cariño, con la aurora, me vuelve a esperar."    



 " Paloma negra, donde andarás,        
ya no juegues con mi honra, 
sin tus caricias, deben ser mías, de nadie más.
Y aunque te ame con locura,
ya no vuelvas, 
 paloma negra eres la reja de un penar, 
quiero ser libre, vivir mi vida con quién yo quiera.  .

                                                
"Dios dame fuerzas, 
que estoy muriendo, por irla a buscar . . . ."

(Frida y Chavela)

Y en medio del remolino de amores y desamores que iban atormentándola a lo largo de su vida, Chavela Vargas se envolvía dentro de problemáticas sociales, no sólo escribía sobre el dolor que la atormentaba, sino también le escribía a su gente, era partícipe de historias desgarradoras y las iba plasmando, no las dejaba pasar, sufría si, le dolía vivir amando sin ser correspondida pero se daba tiempo para respirar con fuerza y hacer justicia a través de canciones.

"Estaba lavando Anzelma,                                                   
a orillas de un manantial,                                                    
pasó cantando la leva,                                                        
al frente iba un capitán,                                                     
al ver tan linda morena,                                                     
al capitán le gustó y no le habló por la buena,                    
a fuerzas se la llevó.                                                        
                                                                                         

Cipriano, hermano de Anzelma, peleó con el capitán,
valiente como una fiera y no le pudo ganar,
el capitán a balazos mató a Cipriano Guzmán, 
y Anzelma sobre sus brazos, lo contempló agonizar.
La tropa se había marchado,
y aquel, cobarde malvado, quería su presa gozar,
    rodaron dos dos al suelo, la hembra y el criminal,
logró la pistola Anzelma y acribilló al capitán.
                    Soltó su pelo bonito y luego al viento grito:                                                                                 
Ya estás vengando hermanito, de este cobarde, matón".

Su voz, su increíble voz se iba dibujando en memorias, y había logrado de pronto, catapultarse entre las leyendas latinoamericanas, cuan bonito se siente cuando uno o una escucha a Chavela cantando "Ojalá que te vaya bonito, " El último trago", "Volver", "Paloma negra",  o "Se me olvidó otra vez, con esa voz ronca que ella forzó tratando de arrancarse la delicadeza, pero aún así, se notaba era ella y así había nacido.

Encontré este fragmento en una biografía que ella misma escribió:

     Un día me escapé de la finca y fui a la capital, a San José, a buscar a mi padre.

-Señor, haga algo por mí. Ayúdeme, señor: soy su hija. 
–Sí –me dijo–, eres mi hija. Pero eres rara.


Estuve durante un tiempo viviendo con él, hasta que un día mi santo papá decidió cargar un tanto más el fardo de la amargura. Fue una humillación espantosa, una insultada decimos aquí. Me heló el alma.

–¡Me avergüenzo de ser tu padre y me avergüenzo de que seas mi hija! ¡Haré que te encierren en un reformatorio hasta que te endereces o te mueras!


Y es que no fue fácil, vivir en una época dónde el homosexualismo estaba sanatizado, si uno observa y se detiene a ver los distintos casos que existen en la actualidad, imaginar como era en la época de los años treinta o cuarenta es indescriptible, sólo Chavela lo sabe y lo ha compartido en sus conciertos, en sus libros o en simples publicaciones que iba haciendo cuando ya acariciaba las ocho décadas o quizás las nueve, iba recordando entonces que ser diferente, le había inyectado la dosis de coraje que entonces una mujer necesitaba si quería introducir su música dentro de un ambiente comandado por tanto macho cabrío.


Comparto otro fragmentó de su autobiografía que me encantó:


Me han dicho algunas veces que mi amor era dulce y suave. La leyenda negra supone que mi amor era fuerte y violento. No niego que hubo alguna agarrada, y que en alguna despedida se dijeron palabras bien altas. Era celosa, es verdad. Pero es que casi todas me ponían los cuernos. Parecía yo venado, no podía entrar por ninguna puerta. Tal vez se asombren ustedes, pero yo no los he puesto nunca –otra cosa que no aparece escrita en la leyenda negra–. Cuando he estado con una mujer, he estado con una sola mujer. Nunca fui promiscua, ni me gustó jugar a lesbiana, ni jamás jugué con los amores. Me gustaban y me gustan todas, por supuesto, pero no. Yo soy muy respetuosa. Si una gente me quiere, yo tengo que respetarla porque es mi deber como ser humano. Y muy agradecida de que alguien me ame. Quizá porque, como no he sido muy afortunada con el cariño de los demás, siempre agradezco que me quieran. Y siempre me resulta fascinante y maravilloso que alguien ponga sus ojos en mí (…).


Le creo cuando dice que fue leal y sincera, porque solamente quien es capaz de amar con pureza no engaña ni traiciona, el amor se mantiene y se va fortaleciendo con el tiempo, crece y crece hasta elevarse al punto mismo de la fantasía, se van fabricando entonces orgasmos de felicidad, que se componen con eternas dosis de entrega, respeto y admiración plena. Nadie se muere de amor: ni por falta, ni por sobra.


Está de más decir que ha sufrido, y ha sufrido mucho, pero a diferencia de otros, decidió hospedarse en la tierra hasta que el cuerpo aguante y extraordinariamente aguantó hasta los 93 años, no escapó a su destino, se abalanzó sobre él, fue domándolo poco a poco y fue feliz en medio de la tristeza, no necesito fingir, vivió como quiso y fue como quería ser, los caminos de la vida se fueron adaptando a la suya; bebió, saltó, gritó, lloro mucho pero mucho, pero siempre decidida a no dejar de pelear, se enamoró una y otra vez, se enloqueció después; pero nunca se rasgó la piel o las ideas por haber nacido "diferente". Sin pensarlo entonces, Chavela se convirtió en el ícono de miles de personas que hacen de la comunidad homosexual, un símbolo de admiración, caricaturas admirables que han decidido que sus días se conviertan en desafíos diarios, han adoptado la constancia en la gresca continúa para vencer a la sociedad y sus prejuicios endemoniados, la lucha diaria para poder ser aceptado y caminar con absoluta libertad mientras van haciéndose el amor a diario, haciéndose el amor ante los ojos del mundo, porque el amor debe hacerse a plena luz del día, porque si el odio se hace a vista y paciencia de Dios.           
 ¿Por qué esconderse en medio de las sábanas?


Chavela Vargas se nos adelantó, ha trascendido, ha volado hasta los brazos de su amada Frida y nos sonríe desde el cielo, ha calado con su sangre en la historia un siglo de buena música y así se ha ido, entre lágrimas, arropada con su poncho y sus canciones de antaño, enamorada del amor y en paz con Dios, su muerte significará quizás uno de los lutos más dolorosos que la tierra va a tener que sufrir, su maravillosa voz no se apagará jamás, existe un tremendo legado artístico que la chamana dejó, y los invitó a disfrutar, apaguen las luces entonces cuando decidan hacerlo, respiren en medio de la oscuridad, sientan con el alma y entenderán, lo mucho que ha significado lo suyo en el pasado, presente y en el futuro significará, lo mucho que ha dejado, y lo mucho que han reflejo esos gloriosos 93 años de vida, de lucha y de pasión constante.

"Descansa en paz CHAMÁN HERMOSO"


martes, 7 de agosto de 2012

Tal vez . . .


Hoy desperté con sabor a ti, 
te soñé y lloraba, de felicidad lloraba.


Me encontraba yo en la universidad, con las amigas de siempre, conversábamos efusivas sobre temas que carecían de importancia, sonreía y desconocía la razón del porqué, fue así que de un momento a otro, apareciste frente a mi, al principio me costó reconocer tus labios la sensación de poquedad se apoderó de mi cuerpo, mis ojos se negaban a morir una vez más, sentí miedo y vergüenza, vergüenza plena.

Lucías tan radiante, vestías con un uniforme deportivo que estaba adornado con la bandera nacional, en el pecho resaltaban tus nombres y tus dos apellidos, estabas tan hermoso y yo pude derretirme de inmediato al observar tus ojos de príncipe; tu mirada, sí, era la misma de antes, aquella con la cuál me contemplabas con ternura perdidamente enamorado, esa que me acompañaba cuando salía del colegio y cruzaba la pista en dirección a tus brazos, a envolverme en tus días, en tu infinito romanticismo, en tu dulzura empalagosa, en tu amor, en tu misericordioso amor.


Nos quedábamos entonces perdidos viéndonos fijamente, tenías los cabellos alborotados y más bonitos que de costumbre, espiralados y negrísimos.

Me sentí tan orgullosa al verte engalanado por un uniforme tan llamativo y representativo, estabas más grande y más lleno de vitalidad, habías logrado alcanzar el sueño de toda tu vida, sonreías dulce, mágico y encandilador. 


Hace más de un año que no volvía a soñar contigo, hace tanto fue, que ya había perdido el color de tus sonrisas. Ayer no estaba pensando en ti y recuerdo que hace unos años, te soñaba porque minutos antes de quedarme inmóvil en la cama había imaginado tu rostro, había acariciado tus mejillas con las yemas de mis dedos, o había escrito algún poema con rimas adoloridas.

Anoche no estaba pensando en ti, pero te soñé y me volví a enamorar de tu recuerdo, no pensaba en ti pero entendí el porqué del sueño y el porqué de este remordimiento que quema mis memorias y acalora mi corazón.

Hace cuatro años, cuando yo había pasado de ser de la más insignificante criatura que habitaba sobre la faz de la tierra a la niña/mujer más feliz del universo, mientras tu adornabas mis canciones, y le dabas razón a mis días, se realizaba BEIJING 2008.

Ya para entonces sabías que yo adoraba los juegos olímpicos, mis estrellas brillaban cuando estaba sentada frente al televisor, quizás por mi frustrada ilusión de convertirme en futbolista profesional, no lo sé, pero desde muy pequeña me fascinaron las fiestas realizadas cada 48 meses, en las cuales miles de realidades trascendían y otras se estancaban.

Solíamos quedarnos entonces hasta la madrugada, tu me acompañabas desde el otro lado de la urbe, apegadito al celular, las llamadas estaban caras en ese tiempo y optamos por los mensajes de textos, es increíble como podía alegrarme el sonido de tus cursis palabras repletitas en un texto pequeño y lo poco que expresaba un te amo para tanto amor contenido, no me cansaba no, de decírtelo, te amaba en demasía, de amaba con todo lo mío y parte de lo tuyo, te amaba de día y te amaba aún más de noche, porque es de noche cuando uno se siente más susceptible y débil a las emociones, y yo no podía dejar de amarte más y más con el transcurso de las estaciones.

Tu preferías el baloncesto y yo moría por la gimnasia rítmica, y así eran nuestros días de olimpiadas, en ese entonces hablábamos mucho de Londres 2012, hablábamos tanto de todo lo que podría suceder en nuestras vidas, imaginamos nuestras vidas atadas hasta el infinito hasta el fin de las luces de lo desconocido y éramos todo lo que necesitábamos uno del otro, el otro para uno, éramos armonía, completa y perfecta.

Hace días que inició esta algarabía multicolor, donde cientos de deportistas persiguen el podio como un niño a un chocolate, donde sonríen unos y lloran otros, donde la competencia se vive a mil por hora y la medalla de oro se convierte en dicha.

Pero tu no estás, no estás y me destroza tu ausencia, o estás quizás pero te has olvidado que existo, que te espero y te esperado hasta ahora, al principio con mi consentimiento y ahora porque simplemente es así, el destino se edifica lentamente y yo voy construyendo una ilusión, lo suficientemente fuerte como para sustituirte, y lograr arrancar tus labios que han vivido impregnadas en mis enzimas, que me absorbido la inocencia y cuya fuerza sobrenatural me recuerda a diario que aún vives en mi.

Tu no estás y a mi me desbarata tu danzar intacto,
giras y giras a mi alrededor,
me acompañas y no está tan mal,
no estaría del todo mal si no fuese que ya no vas a volver,
no vas a volver a abrazarme,
no vamos a volver a enlazarnos,
no voy a volver a envolverme con tu piel,
no vas a volver a ser mío, ni volveré a entregarme sin miedo a tu amor.



 "Y el amor a veces,
vuela lejos, pero VUELVE
y tu y yo tal vez,
sólo diré tal vez,
tengamos un después.

Deja que piense 
que aún puedo reconquistarte,
aunque tal vez no sea HOY. "