sábado, 28 de septiembre de 2013

Reencuentro




Aún cuando mi mirada se pierda en el viento no sabrás que me estás doliendo, entonces creerás que algo me molesta o que estoy renegando, no sé porque en mi última vida piensan que cuando me desdibujo es porque estoy enfadada, no sé porque quienes no me conocen y no tienen una idea de lo que siempre he sido, piensan que cuando se me paraliza la expresión es porque estoy destilando bilis y no que me estoy acabando como momento de reloj de arena que se va consumiendo.

Aún cuando esté gritando que te he llorado hasta sangrar no sabrías lo que estoy diciendo, hablarías más y más, sobre ti, sobre ella, sobre cómo es tu atardecer ahora y todo lo que estás sintiendo, entonces yo disimularé una sonrisa, y te acariciaré media mejilla, mientras sigues hablando, últimamente me mareo mientras me hablan y ver a las personas a los ojos me hace sentir vértigo.

Aún cuando se me haya marchitado la ilusión de verte caminando por la acera en dirección hacia mis brazos no creerías en lo que ya no estoy sintiendo, he corrido tantas noches tropezando bajo la sombra de un recuerdo tras otro recuerdo y cuando al fin sentía que me había distanciado apareció tu voz dilatando el tiempo, adormeciendo el dolor y confundiendo al sentimiento.

Aún cuando mis manos estén temblando y empiece la canción de mi agonía, no confirmarías lo que estás imaginando, empezarías a actuar de forma tan normal como el resto de la humanidad que me va rodeando y ante mis ojos desfilaría tu imagen transparente tan común y tan frecuente, trataría inútilmente de buscarte entre tinieblas para rescatar tu magia y echarme a dormir abrazada a una realidad inexistente.

Aún cuando yo quiera cerrarte la boca para que dejes de verter sandeces, tú no te apagarías, eres como luz infinita que cuando empieza a centellar no cesa, entonces no habría forma de decirte que no entiendo a dónde es que te ausentaste, en que momento te soltó mis mano y te me fuiste yendo, perdiendo entre mis dedos, liberando al viento.

Aún cuando no me quede más por sentir y decida escaparme otra vez, sé que no buscarás una respuesta, y creo que será mejor así, aún habiendo aprendido que a veces las palabras te ahogan y la verdad oculta empieza a agujerear el corazón, y va quemando por dentro, aún así sigo pensando que será mejor la vida lejos de ti.

Aún cuando mis brazos ya no aprieten como antes, ni mis sonrisas broten con total plenitud; no vas a poder retratar la amargura del desprendimiento forzoso, de los agujeros que van dejando los desencantos y el desgarrador transcurso de minutos que simulan caídas consecutivas al precipicio.

Aún cuando no lo habíamos decidido, nos envolvió un reencuentro, inesperado e impredecible, de esos que van surgiendo sin que los latidos lo entiendan, de esos que se dan de un momento a otro, de esos que se postergan por miedo, cobardía o simplemente ensimismamiento, de esos que se van descartando de posibilidades y prefieren echarse al olvido, de esos que tú y yo, muy bien conocemos.

Una noche de mes morado entre viento y lluvia, nos aproximó un sentir violento, y un día de cielo azul y sol resplandeciente, nos perdimos entre confusión y distanciamiento, un día del cual tengo el viejo recuerdo, teníamos cielo azul y sol resplandeciente, que ironía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario