*Precious* [Happy.día.warmi]

Tiene 95 años, es increíble verla sin sentir admiración alguna, la lucidez que tiene le corresponde a una mujer de cuatro o cinco décadas, sus ojitos brillan y su sonrisa sublime la hace hermosa. La conocí en el último viaje que realicé, no me lo esperaba pero cuando llegamos nos acogió en su hogar dulcemente y de pronto mientras la miraba empezó a cortarnos pasajes de una vida que la ahogaban.


Vino a Lima en los ochenta cuando no existía aún nada especial en ese arenal, vino obligada por el destino que a pesar de no existir ahuyenta, huyendo de todo aquello que amaba abandonando el cementerio que la esperaba. No conoce a nadie ahí, se siente ajena cuando por las noches extraña el pueblo donde la parieron, atormenta su cabecita preguntándose que habrá sido de su casa, su chacra y sus animalitos; si los habrán cuidado y los querrán tanto como ella lo había hecho, mientras los cobijaba en su lecho. Estaba acostumbrada a trabajar durante todo el día, y descansar solo para almorzar; pero en esa horrible ciudad ya no hacía nada, debido a su avanzada edad. Confiesa que nunca hizo nada mas hermoso en toda su vida que "sembrar la tierra". Por las noches se asoma desde las ventana de su casa, y al no ver nada más que un cumulo de arena inservible, llora una vez más.

Descansa un poco, mientras se da valor con unas cuantas hojas de coca, y prosigue con su historia, afirma que su desdicha empezó cuando murió su esposo asesinado por los Sinchis (Terroristas) en la época en la cual la pólvora y la dinamita remplazaron al agradable aroma de las flores silvestres. ¡Me lo mataron! (Exclama mientras se le va quebrando la voz), solita me dejaron con mis 9 hijos ¿Qué iba a ser de mi? No podía ni enterrarlo para que se vaya al cielo con Tayta Diosito, ellos me dijeron que si lo hacía volverían y matarían a mis hijos, después vendrían por mi por no respetar las decisiones del partido, que era mejor irme de mi pueblo para nunca regresar. Y como era de esperarse eso hice, en ese tiempo nadie podía decirle NO a esos malditos asesinos porque te mataban ahi mismito delante de todos en la plaza, y nadie te ayudaba porque sabían que también se iban a morir como perros sin ser velados ni enterrados. Vendí mi casita, mis burros, gallinas, mis chacra, mis gallinas; cogí a mis hijos y me vine a Lima a probar suerte, no conocía a nadie. Los primeros días caminaba llorando por la calle sin saber a donde ir, sin saber que hacer, pero en este mundo existe gente buena que te da la mano cuando lo necesitas y a mi ayudaron, salí adelante crié a mis hijos y ahora aquí me ven sola, todos se casaron y se fueron a vivir lejos; yo me quedé perdida en Lima sin poder volver al lugar donde nací porque ahí ya no conozco a nadie, todos los de mi generación ya han muerto y los jóvenes no me conocen, no serviría de nada ir para allá. Esperaré aquí sentada en la puerta de mi casa hasta que la muerte venga y me devuelva la felicidad; pero esta vez nada ni nadie me la va a quitar ... eternamente feliz seré por siempre.

Extraña se siente Carmelita, que ahora vive en un mundo al cual no pertenece el cual en definitiva no la merece. Es fuerte, con coraje y aún se conserva joven, no ha podido olvidar todo lo que le ha ocurrido pero si aprendió a superarlo. Es una mujer de muchas que existen en nuestro país, no sabe leer ni escribir y no se vergüenza de ello porque no fue su culpa, la educación antes era distinta y los padres solo educaban a sus hijos varones; cuando se quedó desamparada acorralada en la nada, eso no tuvo importancia porque existen otras maneras de salir adelante si realmente se desea hacerlo.

"Una mujer siempre va a ser hermosa a medida que sus actos se lo permitan"

[He aquí una canción que les hará reflexionar ¡MUJERES!]

*Hoy tenemos que ser las mujeres que siempre hemos querido ser *

Psdtt: (Imagen elaborada por Marcos Costas)