domingo, 9 de octubre de 2011

ABC *





Se me van tus labios, como la sonrisa del alma, que se me fue hace bastante rato; se me van de pronto sin previo aviso y en el momento menos indicado; precisamente ahora que el sol acariciaba mis mejillas y me disponía a parir semillas, de amor, de vida, de dulce melodía.


Brincan y brincan en dirección contraria, huyen de par en par, lo hacen mientras pueden, porque deben, se me esfuman, desaparecen de a poquitos, a duras penas los diviso a lo lejos, ya no son rojos carnosos, ahora se tornaron pálidos y enfermos, caminan lentamente, pero siguen alejándose aún más, ya se perdieron en el infinito, es el fin, ya no están, y se acabó la historia, color y gloria.


Y aunque no lo creas esta vez no soy yo, eres tu, eres tu, no soy yo, aunque quizás también haya sido yo, pero la apertura  te la cedió ¿el destino?, si existe uno entre los dos, definitivamente si, debió haber sido eso. 
Tonto mi ego, soso y ciego, que se negó a entender el ABC de tus caricias, tan fugaces, tan rapaces, se lo gritaste tantas veces, más sin embargo seguía sumiso, atrapado en medio de tantas vocales y consonantes.


Y no es que no quiera memorizar tus besos, y no es que no quiera sentir tus cabellos tambaleándose al compás de mis huellas, y no es que no quiera atravesar tus ojos hasta morir dentro de ellos, y no es que no quiera más no seguir queriendo como quiero aunque no quiera.
Y NO ES QUE NO QUIERA ESPERARTE UNA VIDA ENTERA, el punto yace en que hace milenios se me esfumó la primavera, me he cansado de necesitar, de extrañar hasta reventar, de esperar y esperar, como si fuese fácil, como si yo no fuese táctil. 



No es todo eso, no lo es.

"¿Y si nunca lo sentiste en el mundo real?" 
"¿Y si era una diminuta luz artificial?"
"¿Y si le pintaste el nombre y el rol? 
"¿Y si carecía de cuerpo y espíritu?"

No lo sabré  más, porque no existe vuelta atrás.







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