sábado, 13 de octubre de 2012

Escribirte a oscuras



No quiero escribir sobre ti,
pero últimamente no tengo ideas interesantes en la cabeza,

no, no, no, no es eso,
tu presencia hace que no tenga nada más en que pensar.

Pero no, no y no, yo no quiero escribir sobre ti,

porque es demasiado pronto,
pero que más da (he pensado) en mi vida todo ha sucedido de forma precoz,
debería estar acostumbrada.

Crecí, víctima de nostalgia precoz,
lloré amargamente a grito precoz,

se deprimió mi voz con silencio precoz,
maduré a base de dolor precoz,
me diluyen las tardes con rayos y truenos, de tormenta precoz,
se me partieron las ideas, con crueldad precoz,
me enamoré del desamor, con sentir precoz,
sangraron mis ojos, con mierda precoz.


Pero . . .
¡CARAJO!

yo no quiero escribir sobre ti, y ya he empezado a hacerlo.

Es el humo del cigarrillo que no tengo entre los dedos, pero me gustaría tener, es el alcohol que quiero que absorba mis sentidos, pero odio la sensación de abandono existencial , es la indiferencia en tu mirada que me me destruye, pero no estás viéndome y no se si quieras verme hoy.

Perdición que me atraviesa por completo,
es el cariño que ha surgido de pronto y sé que va a consumirme,

entonces es cuando te vistes de abandono y te vas,
te vas corriendo,
sí, corriendo como todos a quienes he adorado con ternura,
escapas de mis brazos,
dejándome atrás sin importarte si me evaporo o me convierto en carne podrida.


Es cuando dejas de llamar,
dejas de escribir,

dejas de voltear y revolotear tu cabello para verme pasar,
es cuando me tienes en tus manos,
y puedes estrujarme hasta que no me quede nada más por perder.

Es cuando mi alma pasa a la fase dos,
la de la antología,

la de la devoción mágica,
la de elevarte hasta el cielo, como si fueses un ángel o un ser demasiado maravilloso,
la del engaño puro, la del arrepentimiento y la locura infinita,
es cuando ya has logrado enloquecerme,
he dejado de ser yo,
he dejado de ver a mi alrededor
y me voy consumiendo, más y más.


No quería escribir sobre ti,
pero terminé haciéndolo a medias,
no he terminado aún,
voy a derramar palabras y a brindar con rimas mil veces más,

no hoy no porque no me queda más por dar por ahora,
prefiero jugar a sufrir y sufrir mientras estoy jugando, me siento mejor que a jugar a esconderme. 

De pronto una frase tuya, fugaz roza mis mejillas:

 - "Atrévete y vive el momento, siéntelo, vívelo, disfrútalo"

Y

respondo:
(con cólera y tristeza entremezclada)


¿Acaso tu me dejaste vivir mi momento contigo?



Cuando esa noche de pronto, en medio de sonrisas y suspiros, 
decidiste arrojarme al vacío de un momento a otro,
sin mandar señales,
sin dibujar expresiones,
me arrojaste y volaste,
lejos muy lejos de todo lo bonito que iba sintiendo.